TRISTE ES LA SOLEDAD, ALEGRE LA COMPAÑÍA; LA TUYA SERÁ PERFECTA SI TE ACOMPAÑA MARÍA.

sábado, 27 de septiembre de 2014

68.- SIETE PALABRAS DE LA VIRGEN MARÍA

He escogido siete frases de los Evangelios que dan, en su conjunto, una visión bastante exacta del interior de la Santísima Virgen. A cada frase he añadido un pequeño comentario.


1ª.- ¿Cómo será esto, pues no conozco varón? (Lc 1,34)
Es la pregunta que hace María al ángel que le anuncia que va a ser madre. Ella no lo entiende, porque no conoce varón, es decir, no ha tenido ni piensa tener relaciones íntimas con un hombre. ¿Cómo podrá ser madre?
Los caminos y los misterios de Dios, con frecuencia. nos parecen imposibles. María queda tranquilizada en virtud de la fe, no porque entienda la respuesta del ángel: La virtud del altísimo te cubrirá con su sombra. Muchas veces, lo impenetrable a la ciencia lo descubre la fe.

2ª.- He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. (Lc 1, 38)
La humildad y la disponibilidad de María a secundar los planes de Dios se ponen de manifiesto. Yo soy la esclava. No discuto lo que no entiendo. Me fío del Señor. Hágase en mí según tu palabra.
En nuestra vida de cristianos, cuántas veces nos revelamos y nos ensoberbecemos porque queremos entender, queremos comprobar, como Santo Tomás. Sin embargo, el que pretende entender y comprobar no busca profundizar o arraigar su fe sino adquirir la certeza de la ciencia. La ciencia humana no siempre posee la verdad, la fe sí, porque radica en la verdad de Dios. 
Si nos fiamos de Dios, tendremos la certeza de su verdad.

3ª.- Entró María en casa de Zacarías y saludó a Isabel. (Lc 1,40)
De algunas personas se suele decir que “son la alegría de la casa” porque cuando están todo es alegría, todo es felicidad. Algo parecido debió ser María, por lo que cuenta San Lucas: ”En cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno e Isabel se llenó del Espíritu Santo” (Lc 1, 41) La presencia de María llenó de júbilo a su prima Isabel quien recibió, a través de María, el mejor de los regalos para su futuro hijo, Juan el Bautista, Isabel quedó llena del Espíritu Santo y su hijo fue santificado con ella. La devoción a María es el mejor camino para recibir al Espíritu. Ella es el puente seguro con su Hijo y con el Espíritu Santo.

4ª.- Mi alma engrandece al Señor. (Lc 1,46)
María ha dado un paso más en la comprensión de lo que en ella ha hecho el Señor. Su espíritu salta de gozo por las maravillas que el Altísimo ha obrado en ella. Su seno se ha convertido en la mansión de Dios, su carne ha servido para dar la vida humana al Hijo del Altísimo..
María está poseída por unos sentimientos que la conmueven y le lanzan a cantar las grandezas de Dios. Ella, la pequeña, la humilde doncella, la que quería pasar desapercibida, ha atraído la mirada del Dios Omnipotente. Dios derriba de su trono a los potentados y ensalza a los humildes.
Dese nuestra humildad, cantamos las alabanzas al Señor.

5ª.- Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? (Lc 2, 48)
No es un reproche. María sigue siendo y portándose como una esclava al servicio de su Señor. Nada de lo que haga su hijo está mal hecho. Pero es Madre, y no comprende, no sabe por qué se ha quedado en el templo, mientras ella y José volvían a Nazaret.
María no comprende, pero se fía. María vive de la fe en Dios, de la confianza en su hijo. María guarda estos sentimientos en su corazón.
No siempre comprendemos los caminos de Dios, pero siempre debemos fiarnos de su amor.

6ª.- No tienen vino. (Jn 2, 3)
María como mujer y como madre está pendiente de todos los detalles. Nada se le escapa, nada queda fuera de su ámbito de protección. Los novios se han quedado sin vino a la mitad de los festejos.¡Vaya despiste! 
María sufre anticipadamente la vergüenza que van a pasar los novios ante todos los invitados y pone de su parte todo lo que tiene para poner remedio: Habla con su Hijo. La hora de que el hijo se presente en sociedad como Hijo de Dios no ha llegado todavía; pero María, como madre, insiste y ve en la mirada la complicidad del hijo. La petición de la madre es escuchada por el corazón del hijo.
Ante cualquier adversidad, María intervendrá en nuestro favor.

7ª.- Haced lo que Él os diga. (Jn 2,5)
Nadie se ha dado cuenta de lo sucedido, sigue la alegría de la fiesta. Los invitados a la boda beben, cantan y bailan. María, como quien no hace la cosa, medio a escondidas, llama a los servidores y, dirigiéndose a Jesús, les dice: Haced lo que Él os diga. Llenas las tinajas de agua, al sacarla resultó ser el mejor vino de toda la fiesta. 
María nos da a todos el mejor consejo: Haced lo que Él os diga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario