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lunes, 27 de junio de 2016

89.- NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO

      DÍA 27  DE JUNIO
                        Historia
El icono de la Virgen del Perpetuo Socorro era venerado en una iglesia de la isla de Creta; se desconoce el autor del icono y el nombre de la iglesia donde era venerado.
En el siglo XV los sarracenos habían destruido varias iglesias de la isla. Un piadoso mercader, muy devoto de la Virgen, para que no corriera la misma desgracia que tantos otros, decidió llevar el icono a Italia.
El mercader tenía en Roma un buen amigo al que confió el cuadro. Pasado algún tiempo, enfermó el mercader y, antes de morir, hizo prometer a su amigo que llevaría el icono a una iglesias ilustre para que fuese venerado. De nada sirvió la promesa, pues, antes de su cumplimiento, falleció el buen hombre y la esposa, que se había encariñado con la imagen, no quiso cumplir la promesa de su difunto esposo.


En la iglesia de San Mateo
Tenía la señora una hija de seis años y, un día, se presentó ante ella diciendo que, cuando estaba mirando el cuadro, la señora le había dicho que contase a su madre y a su abuelo que Nuestera Señora del Perpetuo Socorro deseaba ser puesta en la iglesia de San Mateo, que estaba regentada por los padres agustinos y situada entre las Basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán.
La señora se entrevistó con el superior de los agustinos, le informó al detalle de todo lo sucedido y el icono fue llevado solemnemente el 27 de marzo de 1499 a la iglesia de San Mateo y colocado en el altar mayor, donde permaneció casi trescientos años recibiendo la veneración del pueblo romano.

Destrucción de la iglesia de San Mateo
Durante la invasión de Roma por Napoleón, en 1798, fueron destruidas muchas iglesias, entre ellas la de San Mateo que estaba a cargo de los padres agustinos. Uno de ellos logró llevarse el cuadro y ocultarlo.
Mientras la invasión, el Papa Pío VII estuvo exiliado y, al volver a Roma, confió a los agustinos la casa y la iglesia de Santa María en Posterula. En esta iglesia había una pintura famosa de Nuestra Señora de Gracia por lo que el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue colocado en la capilla privada de los padres agustinos, donde permaneció sesenta y cuatro años.

En la iglesia de San Alfonso
En 1855 los padres redentoristas(1) compraron en Roma Villa Caserta, un terreno en el que antes estuvo edificada la iglesia de San Mateo. El padre Miguel Marchi se acordaba que, cuando era niño había sido monaguillo de los agustinos y que en su capilla había visto la pintura; además, un viejo hermano lego que había vivido en San Mateo le había dicho muchas veces: Ten presente, Miguel, que Nuestra Señora de San Mateo es la de la capilla privada. No lo olvides”.
Por este relato del padre Miguel Marchi los redentoristas descubrieron en 1865 que el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se había salvado de la destrucción napoleónica y que estaba en la capilla de los padres agustinos.
Los padres redentoristas construyeron la iglesia de San Alfonso sobre las ruinas de la iglesia de San Mateo y, como sabían dónde estaba el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, solicitaron al Papa Pío IX que fuera concedido a la nueva iglesia. El Papa accedió a la petición y los padres agustinos, ninguno de los cuales había conocido la iglesia de San Mateo, al enterarse del deseo de la Virgen de morar en la antigua iglesia, entregaron gustosos el icono a los padres redentoristas.

Devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
El Papa Pío IX encargó a los redentoristas que divulgaran la devoción a Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.
El 19 de enero de 1866, la imagen regresó, en solemne procesión, al mismo emplazamiento donde había estado tres siglos antes. La veneración del pueblo romano fue grande. Se alfombraron las calles con flores para la procesión y, en los días siguientes, muchas personas, de toda clase y condición, se postraron ante el icono implorando su amparo y protección.
Hoy en día, la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro está difundida en todo el mundo y es Patrona de numerosos lugares e instituciones.
Son muchas las iglesias que la tienen como Patrona, muchas las cofradías erigidas en su honor y muchas, muchísimas, las pinturas distribuidas por parroquias y domicilios particulares, donde recibe la veneración y el amor de sus devotos. (2)

La pintura
El icono está pintado al temple, sobre madera, mide 53x41,5 cms. Es de origen desconocido, pero de estilo bizantino; se estima que fue pintado a finales del siglo XIII o principios del XIV en la isla de Creta.
Sobre un fonde de oro destacan cuatro figuras:
La Virgen María, en el centro, de medio cuerpo y de pie, con semblante sereno y acogedor. Viste una túnica de color rojo abrochada en el cuello y un manto azul marino que la cubre desde la cabeza, dos estrellas adornan su frente. Las coronas de María y del Niño Jesús fueron regaladas por el Vaticano para su coronación. A ambos lados de María están las letras griegas 'MP-ΘΥ, abreviatura de Μήτηρ Θεού, en español Madre de Dios.
El Niño Jesús, sentado sobre el brazo izquierdo de su Madre, observa estremecido los instrumentos de la pasión que le muestran dos arcángeles; a su lado las letras Iς-Xς, abreviatura de Ἰησοῦς Χριστός, Jesús Cristo.
El Arcángel Miguel, en el lado superior derecho, y las letras OAMabreviatura de Ο Αρχάγγελος Μιχαήλ. En la mano, velada por un paño, sostiene la lanza y la caña con la esponja empapada en vinagre, instrumentos de la pasión de Cristo.
El Arcángel Gabriel, en el lado superior izquierdo, y las letras OAΓ abreviatura de Ο αρχάγγελος Γαβριήλ, sostiene la cruz y los clavos.
Cuando fue pintado el cuadro no se solían pintar aureolas, por eso, la cabeza de María va cubierta con un velo. La aureola fue añadida más tarde.
El Niño Jesús está vestido como los nobles de la época: túnica ceñida por un cinturón y manto al hombro. No mira a su Madre sino los instrumentos de su futura pasión que el arcángel Gabriel porta en su mano.

(1) San Alfonso María de Ligorio (1696-1787) fundó en 1732 la Congregación del Santísimo Redentor, conocida hoy como Redentoristas. Fue un santo que profesó gran devoción a la Santísima Virgen María y contribuyó a su difusión en grado muy notable.
(2) A este respecto, voy a desvelar un suceso de cuando yo tenía 15 años y que ahora narro tal como me lo contaron los que me atendieron:
Por una caída accidental, recibí un fuerte golpe en la cabeza y espalda quedando semiobnubilado y privado del habla. El médico que me atendió, me hizo muchas preguntas a las yo no respondía, pero mis ojos estaban fijos en un cuadro colgado de la pared; viendo el médico mi actitud, me preguntó:
¿Conoces a esa señora? A lo que respondí: Sí, es una señora de mi pueblo.
Me dio algo para que descansara y durmiera. Cuando desperté al día siguiente, me contaron lo sucedido”.
Curiosa es la anécdota, todavía, después de 70 años, me acuerdo de la sorpresa que me llevé cuando comprobé con mis propios ojos que la señora del cuadro de la habitación era la misma Señora que estaba (y está) en el cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de mi pueblo natal, Navacepedilla de Corneja (Avila).

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