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lunes, 26 de septiembre de 2016

101.- LA VIRGEN DE COVADONGA


8 DE SEPTIEMBRE  
La Santina
El Santuario de Covadonga
Es un conjunto formado por la Cueva y la imagen de la Virgen, diversos edificios religiosos y civiles de carácter turístico.
La cueva
Es una oquedad natural en el monte Auseva. Se accede a la misma por una escalera de 101 peldaños y un túnel, en parte natural y en parte artificial.
El nombre de Covadonga
Hay dos versiones sobre el origen de la palabra “covadonga”:
1ª.- Significa “fuente de la cueva” y procede de “cova de onnica” ( cova + onna); onna en céltico significa “río”.
2ª.- Significa “cueva de la señora”, del latín “cova dominica”, de donde se derivó covadonga. Es la versión más tradicional.

Don Pelayo
Musa Ibn Nusair era el gobernador musulmán omeya del Norte de África y estaba en connivencia con el conde Don Julián que era gobernador de Ceuta y vasallo de Don Rodrigo. Tras la muerte de Witiza, anterior rey visigodo, comenzó una guerra de sucesión entre Don Rodrigo y los hijos de Witiza, los cuales llamaron en su auxilio al gobernador omeya, al parecer por intermediación del conde Don Julián.
Las fuerzas musulmanas entraron en la península por el estrecho de Gibraltar en la noche del 27 al 28 de abril del año 711.
Entre el 19 y el 26 de julio del 711 se enfrentaron, cerca del río Guadalete, el ejército omeya comandado por Tariq ibn Zuiyad y el visigodo comandado por Don Rodrigo, quien fue derrotado y, probablemente, perdió la vida en la batalla.
Con esta victoria se inició la conquista musulmana de la Península Ibérica y la desaparición del reino visigodo.

¿Quién era Don Pelayo?
Las crónicas cristianas presentan a Pelayo como hijo del duque Favila que murió a manos de los partidarios de Witiza en tiempos del rey godo Égica. Cuando Witiza fue coronado rey, Pelayo se refugió en Asturias donde estaba el “ducado” de su padre.
A la muerte del rey Witiza se desataron las intrigas por el poder entre sus hijos y Don Rodrigo, del que Pelayo era partidario y lo había nombrado miembro de la guardia real por lo que lucharon juntos en la batalle de Guadalete.
Tras las derrota, Pelayo escapó hacia Toledo, la capital del reino visigodo, que también fue conquistada por los musulmanes en el 712 y Pelayo se trasladó al norte donde astures y cántabros vivían en clanes dispersos por las montañas. Como caudillo local perteneciente a la baja nobleza, alcanzó notoriedad liderando la oposición contra los musulmanes.
Falleció el año 737 en Cangas de Onís, donde tenía su corte.

Batalla de Covadonga
En el año 722 los musulmanes estaban preparados para terminar con el último foco de resistencia de la península en las montañas de Asturias.
Los jefes astures, encabezados por Pelayo, se reunieron en Cangas de Onís y decidieron no pagar los impuestos que les exigían los musulmanes. El gobernador musulmán pidió refuerzos al Califa de Córdoba, el cual envió una expedición sarracena bajo el mando de Al Qama, cuya cuantía es muy variable según las crónicas.
La versión más verosímil, a juicio de algunos historiadores, es que, al verse perseguidos, Pelayo y unos 300 hombres cristianos, llevando con ellos una imagen de la Virgen se refugiaron en la cueva del monte Auseva y alrededores, en espera de los musulmanes. Cerrado el fondo por el monte Auseva, es un lugar estratégico de los Picos de Europa donde el atacante carece de espacio para maniobrar y pierde su ventaja numérica y organizativa.
Se produjo el enfrentamiento, batalla o escaramuza, y las tropas sarracenas encontraron la muerte a los pies de Covadonga, por intercesión de la Virgen entronizada en la cueva.. La victoria fue el detonante para la fundación del Reino de Asturias, Pelayo fue elegido rey por aclamación y estableció su capital en Cangas de Onís.
Esta victoria marcó el comienzo de la Reconquista cristiana frente al poder musulmán.

La Cueva Santa
Las crónicas cristianas abundan en que la intervención de la Virgen María fue decisiva para obtener la victoria. La cueva pasó a ser la Cueva Santa” en la que se empezó a venerar la imagen dejada por Pelayo que tomó el nombre de María Santísima de la Batallas.
Alfonso I, el Católico (739-757), mandó construir una capilla de madera de tejo y un monasterio que entregó a los monjes benedictinos; en la capilla se veneró a la Santísima Virgen hasta el 1743.
En 1777, un incendio destruyó la capilla y la imagen de la Virgen, aunque, al parecer, no era la imagen original de Pelayo cuyo destino final se desconoce. El 17 de julio de 1778, el Cabildo de la catedral de Oviedo regaló una imagen de la Virgen que fue colocada en una nueva capilla situada al lado de la Santa Cueva.

Basílica de Santa María la Real
El obispo Benito Sanz Forés (1868-1881) encargó al alemán Roberto Frassinelli Burnitz los planos para la construcción de una basílica. Las obras de desmonte de 27.000 metros cúbicos comenzaron el 22 de julio de 1877 con la asistencia del rey Alfonso XII; pero, al ser trasladado el obispo a Valladolid, fueron interrumpidas. Retomadas por el obispo Ramón Martínez Vigil, fueron continuadas por el arquitecto Federico Aparici Soriano en 1887 y concluidas el 7 de septiembre de 1901.
El templo fue elevado por el Papa León XIII a la categoría de Basílica.

La imagen
La imagen de la Virgen de Covadonga es llamada cariñosamente La Santina.
La talla actual, que data del siglo XVI, fue donada al Santuario por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778. Está tallada en madera de roble; sus medidas son: 71,4 cm de altura, 46 de anchura y 21 de profundidad.
Durante la Guerra Civil de 1936 fue robada y apareció en 1939 en la embajada española de París.

Devoción
La devoción a la Santina está fuertemente arraigada en el pueblo asturiano, especialmente en los emigrantes que, al retornar, sienten como un deber acudir a Covadonga.. El día de la Virgen se celebra una misa solemne en la Basílica y una procesión con la Virgen hasta la Cueva.
Desde el año 1972, se venera otra imagen de la Santina, a 11 km de la gruta, en una pequeña cueva bajo el agua, a 8 metros de profundidad, en el Lago Enol, situado en el Parque Nacional de Covadonga. El día de La Santina los buceadores asturianos hacen su propia peregrinación para rendir su homenaje a la “Santina sub”.
Siendo Patriarca de Venecia, el Cardenal Roncalli, futuro Papa Juan XXIII, visitó Covadonga; se llevó una réplica de la imagen que colocó en su dormitorio del Vaticano y a la que elevaba sus oraciones matinales.
El Papa Juan Pablo II visitó el santuario los días 21 y 22 de agosto de 1989, celebrando la Santa Misa en la Cueva Santa.
Desde 1388, en tiempos del rey Enrique III (1379-1406) el heredero de la Corona de España ostenta el título de Príncipe de Asturias.








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