TRISTE ES LA SOLEDAD, ALEGRE LA COMPAÑÍA; LA TUYA SERÁ PERFECTA SI TE ACOMPAÑA MARÍA.

miércoles, 31 de agosto de 2016

96.- DULCE NOMBRE DE MARÍA

12 DE SEPTIEMBRE



Importancia del nombre
En las Sagradas Escrituras, el nombre expresa el papel de cada ser en el universo. Dios culmina la creación poniendo nombre a las criaturas, día, noche, cielo, tierra, mar (Gén 1,3-10) o encargando a Adán que ponga nombre a cada uno de los animales (Gén 2,20).
Entre los seres humanos el nombre dado en el nacimiento puede expresar la actividad, las circunstancias del nacimiento o el porvenir previsto por los padres. Así
No tener nombre es carecer de valor (Job 30,8).
Tener varios nombres refleja la importancia del que tiene varias funciones.
Cambiar el nombre a alguien es darle un nueva personalidad o nueva misión. Así Dios cambia el nombre de Abraham, “ya no te llamarás Abram sino Abraham porque serás padre de muchos pueblos” (Gén 17, 5), de Jacob“en adelante, no te llamarás Jacob sino Israel” (Gén 32,28), de Pedro “Bienaventurado tú, Simón Bar Jona... yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 17-18).
Cuando la misión es divina, el nombre viene del cielo , “tu mujer te dará un hijo, al que pondrás por nombre Juan”(Lc 1,13); “concebirás y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús (Lc 1 31).

Significado del nombre de María
En la Sagrada Escritura encontramos varios nombres que, en sí mismos, expresan la naturaleza o la misión de las personas.
En el AT, por ejemplo:
Adán significa significa “sacado de la tierra”.Eva, “madre de los vivientes”. Abraham, “padre de los creyentes”.
En el NT: Simón pasa a ser Pedro,(Mt 16, 17-18), Petrus viene de “petra”(piedra), porque Pedro va a ser la piedra sobre la que Jesús edificará su Iglesia.
¿Qué pasa con el nombre de María? ¿Podemos suponer que, igual que el de los personajes comentados, el nombre de María expresa por sí mismo la identidad de la persona o de la misión que llevará a cabo? En efecto, creemos que Dios ha dado a María un nombre elegido, preferido y el más apropiado para describir lo que Ella es y la sublimidad de su misión.
Señalemos que el nombre no fue cambiado, el mismo aparece en el libro del Éxodo 15,20-21: Miryam = María y en el evangelio: “Fue enviado el ángel Gabriel, de parte de Dios...a una virgen.. y el nombre de la virgen era María( Lc 2,26-27).
Para saber si el nombre de María expresa su identidad o la misión que realizó en su vida, indaguemos en la etimología.

Etimología del nombre de María
1.- El nombre y la identidad
En el libro del Éxodo 15, 20-21, aparece Miryam, hermana mayor de Moisés y de Aarón, que atraviesa las aguas del Mar Rojo, lleva un tímpano en sus manos, va seguida por todas las mujeres y tocan, danzan y cantan a Yavé.
Entre los muchas significados que se han dado de la palabra Miryam, escojo a tres:
1º.- Miryam significa “Amada de Yahvé: Miryam, como toda su familia son israelitas que viven en Egipto como esclavos. No es extraño que algunos vinculen el nombre de Miryam a la palabra Mari-Yam, que significa “amada de Yahvé” (la raíz MR = amar, y Yam sería una equivalencia de Yah, abreviatura de Yahvé).
2º.- Miryam significa “Señora”Dueña” o “Soberana”, su raíz es el verbo arameo Marah. Esta palabra era conocida por los esclavos israelitas en tiempos de Moisés y seguramente por eso dieron el nombre de Miryam a su hermana. Este es el significado más apoyado por los Padres de la Iglesia.
3º.- Miriam significa Luz deYahvéLos autores recogen una etimología antigua que vincula el nombre de María con los vocablos hebreos Mir”, contracción de Me'ir (el que ilumina), el verbo 'or (brillar) y Yam (abreviatura de Yahvé), así Miryam significaría Luz de Yahvé.
Según San Beda el Venerable, Miryam significa en hebreo Estrella del Mar” y en siriaco Señora”. Estrella del mar será el apelativo que, más tarde, recogerán las Letanías lauretanas llamando a la Virgen Stella Maris.
Como la estrella del mar orienta a los navegantes para que lleguen a puerto, así María dirige a los cristianos a la gloria” (Santo Tomás).

2.- El nombre y la misión
En la Historia de las Salvación Dios pone o cambia el nombre a las personas que destina a una misión importante. La Virgen María tuvo la misión más alta que puede tener una mujer: Ser la Madre de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y llamado Hijo del Altísimo” (Lc 1,31-32). Por eso “todas las generaciones me llamarán bienaventurada” (Lc 1,48).
En María, por ser la Madre del Señor, se cumplen perfectamente los tres significados apuntados anteriormente.
1º.-María es la “amada de Yahvé”: Tanto la amó que, ya antes de nacer, en previsión de su futura maternidad, la llenó de gracia y hermosura. A nadie como a María se pueden aplicar las palabras del Cantar de los cantares: “¡Oh, la más hermosas de las mujeres” (1,8), “¡Qué hermosa eres, qué encantadora, qué amada, hija deliciosa! (7,7). Tanto amó Dios a María que la llenó de gracia y así la rezamos y cantamos los creyentes: Llenas eres de gracia.
2º.- María es la “Señora, Reina y Soberana” por ser la Madre de Jesús. La joven virgen, la ciudadana desconocida de Nazaret acepta la propuesta del Angel y se convierte en la Madre del Hijo de Dios, con estas palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).
La humilde esclava es elevada a Madre de Dios, a Reina por ser la Madre del Rey y a Señora por ser la Madre del Señor. Su hijo Jesús es Dios, Rey y Señor.
No fue fácil la vida de María a pesar de ser la Madre de Dios o precisamente por eso. Indiquemos, muy a grandes rasgos, que:
* María dio a luz a su Hijo en unas condiciones de suma pobreza.
* María tuvo que huir a Egipto para proteger a su Hijo de las tiranía del rey Herodes.
* María intercedió ante Jesús para evitar el sonrojo de los novios en las bodas de Caná.
* María acompañó a su Hijo camino del calvario, vio cómo era clavado en la cruz, recibió sus últimas palabras: “Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo”(Jn 19,26) y recibió en sus brazos el cuerpo inerte de su Hijo. Se cumplió la profecía del anciano Simeón: “una espada atravesará tu alma” (Lc 2,35) y María pasó a ser la Madre Dolorosa, la mujer fuerte que afrontó su destino, en un mar de amargura, pero con la fe y la esperanza plenas en la Palabra de Dios.
3º.- María es la Luz de Yahvé: Sabemos y confesamos que Cristo es “la luz verdadera que... ilumina a todo hombre”(Jn 1,9). Cristo mismo se revela como Luz: “Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá luz de vida (Jn 8,12).

Los dos reinos: el de la Luz y el de las tinieblas
En el mundo hay un enfrentamiento permanente entre la luz y las tinieblas. “La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron” (Jn 1, 4). Dos reinos enfrentados, el Reino de la Luz, calificado como el reino de la justicia, del amor y de la paz y el reino de las tinieblas, calificado como reino del mal y de la impiedad. Todo ser humano debe escoger el reino al que quiere pertenecer. La humanidad se divide en “hijos de la luz” e “hijos de las tinieblas”.
En el Reino de la luz María es la “amada de Dios” la “elegida” para ser su Madre. Ea elección coloca a María en el puesto más cercano a la Luz, desde allí la reverbera hacia los que pertenecen o quieren pertenecer al Reino de la Luz o Reino de Cristo. María es “la mujer vestida de sol” (Apoc 12,1), la Estrella de la mañana, la Aurora que anuncia la llegada del Sol.
Con todo derecho María es “luz de Dios”, la transmisora perfecta de la Luz de Cristo, la “amada de Dios”, la mujer por excelencia, el excelso prototipo de mujer y de madre, en Ella confluyen la mayor dignificación de la mujer y de la madre de todas las culturas.

El poder de María
Todo lo que María es y posee le viene dado por Dios; el poder de María, con todo lo excelso que es, no pasa de ser un poder otorgado para ser ejercido en bien de los hijos de Dios. Podemos decir que Dios es Omnipotente en virtud de su divinidad y María es llamada omnipotencia suplicante”, en virtud del poder otorgado por Jesús a las súplicas de su Madre. 
Metafóricamente, Cristo es la fuente de la gracia, María el acueducto y los que a Ella recurren los beneficiados. O, como alguien ha dicho: Cristo es la cabeza, María el cuello y la Iglesia el cuerpo.

Los hijos de la Luz
Los que hemos escogido el Reino de la Luz ahora “somos luz en el Señor”, como dice San Pablo en su carta a los efesios (5,8) y tenemos una linea de conducta: “vivir como hijos de la Luz”.
Tenemos que cruzar el mar de la vida, con sus tiempos de calma chicha y de furiosa tempestad, de alegrías y de tristezas, de salud y de enfermedad, de riqueza y de pobreza.
Los “hijos de la Luz” no hacemos la travesía en solitario y a obscuras, siempre nos guía y precede el Señor con su luz admirable; siempre nos acompaña María, la Madre bondadosa que siempre acoge y anima, siempre escucha y consuela; María, la Reina y Señora de nuestros corazones, la Estrella de los mares guía nuestros pasos hacia la eternidad.
¡Ojalá que el santo y dulce Nombre de María esté siempre en nuestro corazón y en nuestros labios!

Oración a María
Oh María, elegida por la mano de Dios amorosa
y con todos sus dones adornada,
vaso de oro en humildad de esclava,
maravillas hizo en Ti su diestra poderosa.

¡A ti, gloria y alabanza por siempre!

Oh, María, gloria de la humanidad,
modelo de fe, sencillez y generosidad,
voluntaria cooperadora de Dios.
manantial de Luz que al mundo iluminó.

¡A ti, gloria y alabanza por siempre!

Oh, María, faro esplendoroso,
nuestra vida, dulzura y esperanza;
suplicantes, elevamos a ti nuestros ojos,
vuelve a nosotros los tuyos, misericordiosos.

¡A ti, gloria y alabanza por siempre!

Oh, María, salud de los cuerpos heridos,
consuelo de los hijos afligidos,
refugio de corazones doloridos,
descanso y solaz de los a ti rendidos.

¡A ti, gloria y alabanza por siempre!

Oh, María, pues de todos eres Madre,
con tu manto de amor cúbrenos
y, unidas nuestras manos, llévanos
a Jesús, al Espíritu y al Padre.

¡A ti, gloria y alabanza por siempre! Amén







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