Historia
En
Sevilla (España) y siguiendo los detalles de una visión del padre
capuchino Isidoro de Sevilla, el pintor Miguel Alonso de Tovar pintó
un cuadro al que llamó “Divina Pastora de Almas”, en el que la
Virgen está tocada con un sombrero pastoril y cubierta con un manto
azul, sosteniendo en su mano izquierda al Niño y apoyando la mano
derecha sobre un cordero.