TRISTE ES LA SOLEDAD, ALEGRE LA COMPAÑÍA; LA TUYA SERÁ PERFECTA SI TE ACOMPAÑA MARÍA.

lunes, 25 de abril de 2016

83.- NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO

DÍA 25 DE ABRIL
Ntra. Sra. del Buen Consejo


La devoción a Ntra. Sra. del Buen Consejo tiene su origen en dos puntos geográficos de dos naciones, en Shkodër de Albania y Genazzano de Italia.
Vamos a ver lo que cuenta la historia (o, en parte, leyenda) sobre esta hermosísima devoción.

SHKODËR (1)
Es una ciudad de Albania que albergaba un fresco de Santa María de 31x42,5 cm. La bruma del misterio lo envuelve, pues nadie sabe cuándo ni por quién fue pintado.
En los primeros albores del siglo XIV Albania, tras largos siglos disputada por los pueblos vecinos, fue invadida por las tropas del Imperio Turco. Conquistado casi todo el país, resistía la ciudad de Shkodër, considerada la “reserva moral y cultural” de Albania que, confiando en el auxilio del cielo, se opuso al invasor.
El pueblo rezaba con angustia a su Patrona Santa María. Surgió el patriota Juan Castriota, llamado en albanés Scanderbeg, quien acaudilló al pueblo, resistió valerosamente al adversario y logró mantener la unidad y la fe de su gente.
En las treguas que daban los combates, Scanderbeg y sus soldados se dirigían a su Patrona para solicitar su consejo y ayuda. Todos salían confortados y fortalecidos en su valor y tesón.
Al cabo de 23 años de lucha, Scanderbeg falleció y su falta hizo que todos presintiesen la cercana y definitiva derrota. La alternativa era cruel: someterse a la esclavitud de los turcos o abandonar el país.

Intervención de la Virgen
Santa María de Shkodër se apareció, en sueños, a dos soldados de Scanderbeg y les ordenó que la siguiesen.
Una mañana, mientras Georgis y De Esclavis, que así se llamaban los dos soldados, estaban orando ante el fresco de la Virgen, éste se desprendió de la pared y, envuelto en una nube, inició un viaje totalmente desconocido por los dos amigos que le seguían por tierra.
No supieron el tiempo transcurrido cuando cayeron en la cuenta de que estaban en la orilla del mar Adriático y vieron que la nube portadora del cuadro se adentraba sobre el cielo del mar. No queriendo perderla de vista, se arrojaron al mar para seguirla y, con gran asombro y estupefacción, caminaron sobre el agua.
Arribaron a una playa desconocida, pero ya no veían la nube blanca. ¿Dónde estaría la nube con el fresco de Santa María? ¿Dónde estaban? ¿Qué playa pisaban? Entristecidos, comenzaron una búsqueda infatigable.
Preguntaban a cuantos se encontraban y supieron que se hallaban en Italia, pero nada pudieron indagar sobre la nube ni sobre el fresco de la imagen de Santa María.
Alguien les contó que por Roma corría un rumor sobre unos acontecimientos muy especiales que acaecían en un pueblo cercano llamado Genazzano. Sin pensárselo dos veces, allí se dirigieron los dos exsoldados.

GENAZZANO
Está a unas treinta millas de Roma y, en tiempo del Imperio Romano, era un lugar de vacaciones elegido por los patricios de la gran ciudad. Antes de la Era Cristiana habían construido un templo a Venus, la diosa del amor, a la que ofrecían culto y celebraban grandes fiestas en su honor cada 25 de abril.
En el siglo IV de nuestra era, el Cristianismo ya había sido reconocido por el Imperio Romano, el Papa San Marco ocupaba la sede de San Pedro y mandó construir una iglesia en una colina cercana al antiguo templo de Venus. La iglesia fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo y fijó el día 25 de abril como fiesta de celebración cristiana, respetando y purificando la fiesta pagana.
Durante siglos la Virgen fue honrada en la pequeña iglesia que, en 1356, estaba a cargo de la Orden de San Agustín. Ya en el siglo XV, la iglesia estaba muy deteriorada y había poco interés en repararla.

La viuda Petruccia
Era muy devota de Nuestra Señora del Buen Consejo y se propuso reconstruir la iglesia para que no sólo estuviese en buenas condiciones sino que fuese más grande. Sus vecinos veían subir las paredes, al principio en silencio, pero luego se burlaban de ella cuando les pedía ayuda, considerando que lo hacía por orgullo. La obra, una vez que se gastaron los ahorros de Petruccia, tuvo que detenerse por falta de fondos.
Llegó el 25 de abril de 1467 y, estando los habitantes de Genazzano celebrando su fiesta, más pagana que cristiana, vieron una nube que atravesaba el cielo e iba bajando hasta situarse en una de las paredes de la iglesia inconclusa. Se abrió la nube y apareció una pintura de la Virgen con el Niño Jesús. Todas las campanas repicaban sin que nadie las tocase.
La gente de las villas cercanas acudieron para ver lo que sucedía y quedaban maravillados por tales sucesos y, más aún, por las gracias y favores que obtenían cuando rezaban ante la imagen descendida del cielo que nadie había visto antes y cuya procedencia les era desconocida.

El relato de dos extranjeros
Llegaron a Genazzano dos extranjeros, llamados Georgis y De Esclavis, atraídos por lo que habían oído en Roma sobre una pintura milagrosa de la Virgen con el Niño Jesús que había descendido del cielo.
Contaron una historia que dejó a todos muy sorprendidos. Ellos, por su parte, se pusieron muy contentos, reconocieron que la imagen posada en la pared de la iglesia era la del fresco de Santa María de Shkodër a la que ellos habían acompañado en su viaje por tierras de Albania y a través del mar.
En agradecimiento a la Señora decidieron quedarse a vivir Genazzano.

La investigación del Papa
Lo sucedido en Genazzano llegó a conocimiento del Papa Paulo II quien envió a dos obispos para que examinasen los hechos. Tras profunda investigación, los comisionados quedaron convencidos de la veracidad de los mismos y que la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo que había sido venerada durante siglos en la ciudad albanesa de Shkodër era la misma que se encontraba en la iglesia de Genazzano.
El veredicto contribuyó a la propagación de la devoción a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo. La iglesia de Petruccia fue terminada y, con la afluencia de peregrinos y donativos, convertida en un bella basílica.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes bombardearon la basílica, una bomba destruyó el altar mayor, las pinturas y las estatuas de las paredes, pero se mantuvo intacta la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo.

Devoción a Nuestra Señora del Buen Consejo
Durante los últimos cuatro siglos son innumerables las peregrinaciones al santuario para venerar a la Señora y recibir el consejo y el consuelo de la Madre.
El Papa Pío IX insertó el título Madre del Buen Consejo en las letanías del Rosario. Diversos Papas han honrado a la Señora, bien peregrinando al santuario o con acciones en su favor.

Postdata
No hace muchos, cuando no existía internet, los humanos nos comunicábamos por carta. Ahora esto ya resulta obsoleto; pero yo, en este artículo, reivindico la postdata, que era añadir algo después de que la carta estuviese firmada.
Lo que quiero añadir es la recomendación de acudir a la Madre del Buen Consejo cuando tengamos que elegir un camino, solucionar una dificultad, desahogar el corazón o buscar un consuelo.
Nadie nos va a entender y ayudar mejor que Nuestra Madre del Buen Consejo. Ella es la mejor intercesora ante su Hijo que a Ella nos encomendó.

(1) En italiano la llaman Scútari






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