DÍA 8 DE MAYO
Origen
del título “Nuestra señora de Gracia”
Cuenta
la tradición que, en 1307, salieron dos monjes del monasterio
agustiniano de Valencia (España) para encargar a un imaginero una
imagen de Nuestra Señora.
Se
encontraron con un peregrino, que al conocer el encargo, les entregó
un icono de la Virgen, diciéndoles: De
gratia do vobis (os la doy de gracia, es decir, gratis).
“De Gracia” este fue el nombre del venerado icono que tanta
veneración alcanzó con el tiempo, no sólo entre el pueblo sino
entre las más altas instancias religiosas y políticas.
Repercusión
en el desarrollo y prestigio del monasterio
La
extraordinaria veneración alcanzada hizo que se le nombrase Patrona
de la ciudad.
En
1370, el rey de Castilla, Enrique II Trastámara sufragó los gastos
de la primera capilla gótica, que fue sustituida en 1754 por otra de
grandes dimensiones cuyo retablo fue obra de Francisco Vergara el
Mayor.
En
1401 existía una cofradía, en los conventos agustinianos de
Valencia y Lisboa, con el título de Nuestra Señora de Gracia.
A
partir del siglo XVI, la devoción adquirió gran difusión, a través
de los numerosos monasterios, tanto de frailes como de monjas, que la
Orden Agustiniana erigió bajo el título de Nuestra Señora de
Gracia, tanto en España como en Hispanoamérica.(1)
SIGNIFICADO
DE LA ADVOCACIÓN “NUESTRA SEÑORA DE GRACIA”
1.-
Concepto de “gracia”
La
gracia es “un
don de Dios”, un regalo de Dios. El Padre revela su
amor al darnos a su Hijo, Jesucristo que es en su persona el don
completo del Padre. “Tanto amó Dios al mundo que le dio a
su Hijo unigénito” (Jn 3,16) , “lleno de gracia
y de verdad” (Jn 1,14).
Jesucristo
es el don de Dios que irradia de la generosidad del
Padre, como dador, y envuelve en esta generosidad a la criatura que
lo recibe. Dios da por gracia y todo el que recibe su don halla
gracia y complacencia ante Él.
La
palabra “gracia” designa, en primer lugar, a Jesucristo, don
supremo del Padre celestial y, en segundo lugar, al efecto que
produce en todo el que lo recibe. La “gracia” es la manifestación
de la benevolencia gratuita del Padre que da y entrega su don al ser
humano; éste “halla gracia” ante los ojos de Dios, atrae su
mirada y se granjea su favor cuando acepta a Jesucristo, don y regalo
del Padre.
Quien
acepta y recibe a Cristo, acepta y recibe su Espíritu con todos sus
dones y es contado entre los hijos adoptivos de Dios.
“Son
hijos de Dios los que son movidos por el Espíritu de Dios... por el
que clamamos: ¡Abba!, ¡Padre”(Rom
8,14-15)
“Todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gal
3,26)
El
término de la vida cristiana es la casa del Padre, “donde
hay muchas moradas” (Jn 14,2).
2.-
Jesús es el único mediador ante el Padre.
Jesús
es el camino para llegar al Padre. “Jesús les dijo: Yo soy
el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por
mí” (Jn 14,6)
“Cuanto
pidiereis al Padre en mi nombre os lo concederá... pedid y
recibiréis” (Jn
16, 23-24)
En
palabras del Concilio Vaticano II: “La misión maternal de
María hacia los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye la
única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia. Todo
el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los
hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace del divino
beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se
apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca
toda su virtud y, lejos de impedirla, fomenta la union inmediata de
los creyentes con Crissto” (Lumen Gentium nº 60)
3.-
¿Cuál es la misión de la Virgen María?
Todos
los hombres y mujeres estamos llamados a hacer nuestro propio
recorrido hacia la casa del Padre. María lo hizo de un modo
singular, pues fue escogida entre todas las mujeres para que, en su
carne virginal, se hiciera hombre el “don de Dios”, “el
regalo del Padre”, Cristo Jesús, convirtiéndose de este modo
en la Madre de la Gracia.
Triple
significado del título Nuestra Señora de Gracia
Primero:
En previsión de su Maternidad divina
María
fue preparada para ser la Madre de Dios hecho hombre.
Fue enriquecida
con todos los dones y todas las virtudes propias de la que había de
ser la Madre del Altísimo. Bajo este significado la
advocación de Nuestra Señora de Gracia se ha vinculado durante
algún tiempo a la Anunciación del ángel Gabriel, cuando le
dijo: “Salve,
llena de gracia” (Lc
2,28) y cuya fiesta se celebra el 25 de marzo. María “llena de
gracia” se celebra propiamente en la fiesta de la
Inmaculada Concepción.
María
es la “Kejaritomene”, la llena
de gracia. La gracia de María es la manifestación de la generosidad
de Dios que le ha hecho objeto especial de su favor. El participio
kejaritomene está empleado a modo de nombre propio, lo que aumenta
la fuerza de su significado. La piedad y la teología cristianas han
sacado de este “llena
de gracia”
todas las grandezas de María.
Segundo: María
es la “Madre de la Gracia” porque
llevó en su seno virginal al Dios y Hombre verdadero. Maria
es la Madre de Jesús.
La
Virgen María ejerció su maternidad biológica de Madre del
Altísimo cuando contestó al ángel: “He
aquí la esclava del Señor, Hágase en mí según tu palabra (Lc
1,38).
Pero,
la maternidad divina y la abundancia de “gracia” en
la Santísima Virgen María no agota su misión.
Con
razón la Virgen María canta en el Magníficat: "todas
las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Poderoso ha
hecho en mí maravillas" (Lc 1,48)
Tercero: María
es la Mediadora de todas las Gracias.(2)
María, además
de ser la Madre de Cristo, es, por extensión, la Madre
de todo el género humano.
María
es nuestra Madre en el orden de la gracia.
“Concibiendo
a Cristo, engendrándolo, alimentándolo... padeciendo con su Hijo
mientras Él moría en la cruz, cooperó en forma del todo singular,
por la obediencia, la fe, la esoeranza y la encendida caridad, en la
restauración de la vida sobrenatural de las almas” (Lumen
Gentium nº 61).
En
relación con el ejercicio de su maternidad espiritual la
Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II dice en su
número 62: “Esta maternidad de Maria perdura sin
cesar... pues, una vez recibida en los cielos, no dejó su
oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos, por su múltiple
intercesión, los dones de la eterna salvación. Por su amor materno
cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre
peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean
llevados a la patria feliz. Por eso la Bienaventurada Virgen en la
Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro
Mediadora”.
Con
este significado el calendario litúrgico agustiniano celebra la
fiesta de Nuestra Señora de Gracia el día 8 de mayo.(3)
Es
curiosa la función de mediación explicada por Santo Tomás de
Villanueva: En la teología de San Pablo sobre el Cuerpo
Místico, Cristo es la cabeza, los fieles somos los miembros y la
Virgen María ejercería la función del “cuello” que
une la cabeza al tronco y por donde pasarían todos los beneficios
que la Cabeza otorga a los miembros de su Cuerpo.
EXPANSIÓN
DE LA ADVOCACIÓN “NUESTRA SEÑORA DE GRACIA”
En
el siglo XVII la advocación Nuestra Señora de Gracia era
considerada como propia de la Orden Agustiniana.
Durante
la exclaustración de Mendizábal de 1835 fue destruida la capilla
del monasterio de Valencia, pero se salvó el icono de la Virgen que
fue llevado al convento agustino de monjas de la Presentación en la
calle Marqués de Sotelo.
En
1836, fue reabierta la iglesia y el icono de Nuestra Señora de
Gracia volvió al templo, mientras que las dependencias del convento
fueron utilizadas como cárcel hasta el año 1904.
Durante
la Guerra Civil de 1936, la imagen fue escondida en un domicilio
particular y, tras la contienda, fue colocada en el alta mayor, en el
retablo neogótico realizado en alabastro por José Justo Villalba.
En
la actualidad son muy numerosos los lugares de culto en los que se
venera a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra
Señora de Gracia.
En
varios (4) es la Patrona del pueblo y celebran su
fiesta (que no suelen coincidir en el mismo día) con gran pompa y
solemnidad. Hay muchas parroquias dedicadas a esta advocación,
muchos colegios que la tienen como titular y muchos altares con su
imagen a la que veneran los fieles con gran devoción y confianza.
(1) Especial
mención merece el de Madrigal de las Altas Torres (Avila) de las
Madres Agustinas, que fue declarado Monumento Nacional el 21 de
septiembre de 1942. Forma un conjunto monumental representativo de la
localidad, ya histórica por ser el lugar de nacimiento de la
reina Isabel la Católica.
(2) Por
su gran profundidad añado el enlace con un artículo
del padre dominico Garrigou-Lagrange,
titulado La
influencia de María mediadora
(3) Y
este es el día que elijo para la publicación de este artículo.
(4) No
expongo la lista para no alargar demasiado el artículo y para
no correr el riesgo de no citar a todos.
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