LA
APARICIÓN
Según
la leyenda, dos pastores guanches (primitivos pobladores de las Islas
Canarias) vieron
(1)
sobre
una peña, casi a la orilla del mar, la santa imagen la cual creyeron
estar animada. Tras muchas vicisitudes, la llevaron a una cueva, hoy
convertida en capilla.
Más
tarde, un joven llamado Antón, que había sido esclavizado por los
castellanos y bautizado en la fe católica y había logrado escapar,
reconoció en la imagen a la Virgen María.
La
imagen de la Candelaria se muestra llevando al niño Jesús recostado
en su brazo derecho (lo cual es un caso singular) y en la mano
izquierda una vela, es decir la candela. La fiesta de la Virgen de la
Candelaria se celebra el 2
de febrero desde 1497 .
Cuando
los españoles conquistaron la isla, (en el siglo XIV) la devoción
ya estaba allí arraigada. En 1526 se edificó el santuario por los
muchos prodigios que Dios obraba por Nuestra Señora de la
Candelaria.
La
Basílica de la Candelaria se encuentra en la isla de Tenerife
(Canarias), en el municipio de Candelaria, a 15 Km.de la capital de
la isla, Santa Cruz de Tenerife.
La
historia de esta imagen está unida íntimamente a la de las Islas
Canarias y especialmente de la isla de Tenerife.
La talla original se conservaba en de Candelaria, pero
desapareció después de un temporal que azotó la isla.
Debido
a que las Canarias eran escala obligada en los viajes
a América, a la basílica
de Nuestra Señora de la Candelaria llegaron miles de
navegantes de paso, quienes la tomaron como abogada, la izaron al
lado de los timones, en las procelosas travesías hacia América y
propagaron su devoción.
PROCESO DE EVANGELIZACIÓN DEL NUEVO MUNDO
Sin
duda, el culto extraordinario a la Virgen de la Candelaria practicado
en buena parte del occidente cristiano, impulsó la
evangelización del “Nuevo Mundo”. Desde las Islas
canarias partían las naves de la península ibérica con destino a
América.
Muchos
religiosos, jesuitas, dominicos, franciscanos, etc. llegaban de
España, llenos del espíritu evangelizador. Uno de su aciertos fue
reemplazar los ídolos y deidades de América, por imágenes de
Cristo y de la virgen María.
En
el año de 1580, la imagen de fue llevada desde
España al Perú y en del Collao fue levantada una capilla
para albergarla. En ese lugar se encuentra el actual santuario de la
Virgen de la Candelaria.
El
historiador Vargas Ugarte dice: "Desde el 83 en que sentó
sus reales en el pueblo la Virgen de la Candelaria, comenzó la
conversión definitica de todo el Collao y la fama de sus milagros
hizo que su influencia se extendiera a las comarcas más distantes".
La
devoción a la Virgen de la Candelaria ha arraigado profundamente en
España y en Hispanoamérica, donde es patrona de muchos países y de
varias ciudades.
LA
NUEVA RELIGIOSIDAD POPULAR:
La
evangelización dio lugar a una nueva forma de religiosidad
cristiana, que se enriqueció tanto con los elementos provenientes de
España, como con los ya presentes en la sensibilidad hacia lo
sagrado de los indígena del Nuevo Mundo.
Estos
elementos, asumidos por los pueblos indígenas, fueron fecundados por
la religión cristiana, han dado lugar a nuevas formas de devoción
cristiana que responden a la cultura de un pueblo, dentro del proceso
de formación de su identidad latinoamericana, mestiza en su esencia.
Desde
los tiempos de los rituales paganos primitivos, se puede constatar un
cambio sustancial. La presencia evangelizadora de la Iglesia
significó una transformación profunda en la mentalidad y la cultura
del indígena, ahora convertido a la religión cristiana.
El
Documento de Puebla señala
como elementos positivos de esta piedad popular propia de América
Latina «el
amor a María,…
venerada como Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como Reina
de nuestros distintos países y del continente entero; los
santos,
como protectores; los difuntos; la conciencia de dignidad personal y
de fraternidad solidaria; la
conciencia
de
pecado y
de
la
necesidad
de expiación; la capacidad de expresar
la fe en
un lenguaje total que supera los racionalismos (canto, imágenes,
gesto, color, danza); la fe situada en el tiempo (fiestas) y en
lugares (santuarios y templos); la sensibilidad hacia la
peregrinación como símbolo de la existencia humana y cristiana; el
respeto filial a los pastores como representantes de Dios; la
capacidad de celebrar la fe en forma expresiva y comunitaria; la
integración honda de los sacramentos y sacramentales en la vida
personal y social; el afecto cálido por la persona del Santo Padre;
la capacidad de sufrimiento y heroísmo para sobrellevar las pruebas
y confesar la
fe; el
valor de la oración; la aceptación de los demás» (Puebla 454).
LA
PIEDAD MARIANA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
El
culto mariano, en toda América Latina, es uno de los mejores frutos
que ha dado el esfuerzo realizado por los misioneros. Se hace sentir
la presencia maternal de María en estos pueblos, sobre todo a partir
de su aparición en el cerro del Tepeyac (México), bajo la
advocación de Nuestra Señora de Guadalupe.
Los
santuarios de Copacabana y su réplica en Cocharcas representan para
el Perú y Bolivia lo que el de Guadalupe para México, teniendo la
reveladora semejanza de su origen indígena.
El
culto se conservó e intensificó por los españoles y mestizos en
ciudades y villas, siendo expresión de la vinculación de las razas
y manifestación de la conciencia religiosa producida por la común
maternidad,
creando
una vinculación definitiva entre el español, el mestizo y el indio,
mucho más intensa que la exterior y coactiva, resultante de los
Gobiernos de las naciones.
(1) Esta es la web con las normas de la Iglesia sobre las revelaciones privadas: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19780225_norme-apparizioni_sp.html
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