DÍA
1 DE ENERO
Santa
María, Madre de Dios
Para
todos los cristianos es una verdad de fe contenida en la Sagrada
Escritura y en la Tradición.
El
que nacerá de María será llamado “Hijo
de Dios (Lc 1, 35)
En
la visitación de María a su prima Isabel, ésta extrañada le dice:
“De dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a visitarme?(Lc
1, 43)
La
palabra “Theotokos”
(Madre de Dios) se encuentra en la antiquísima antífona
"Bajo tu amparo", muy
probablemente la oración más antigua dedicada a María.
Los
Santos Padres, los teólogos y los diversos Concilios emplean también
la palabra Theotokos para referirse a la Santísima Virgen María.
Los latinos emplean las equivalentes “Dei
Mater” o “Dei Genetrix”.
“¿Qué
hay más noble que la Madre de Dios? ¿Qué más espléndido que
Aquélla a la que el Esplendor eligió?” (San Ambrosio)
“Verdaderamente
bendita la que fue mayor que el cielo, más fuerte que la tierra, más
extensa que el orbe; porque a Dios, a quien el mundo no contiene,
Ella sola le contiene” (San Pedro Crisólogo).
“Ella
sola con Dios Padre puede decir al Hijo: Tú eres hijo mío” (Santo
Tomás de Aquino)
La
Maternidad Divina confiere a María toda su grandeza y dignidad. La
humilde esclava es elevada sobre todas las criaturas y la fuerza del
Espíritu Santo aceptada con el “sí generoso de María”, la
convierte en la Madre del Señor.
En
virtud de su Maternidad Divina María recibe el culto de “hiperdulía”
o especial veneración.
Bendita
tú, María, entre todas las mujeres.
Bendita
tú, María, que engendraste en tu seno al Salvador del mundo.
Bendita
tú, María, que con fe aceptaste lo que parecía imposible y
el Todopoderoso obró en Ti la maravilla de ser la Madre de Dios.
Bendita
tú, María, por habernos adoptado como hijos.
Como
hijos, te cantamos y ensalzamos.
Como
hijos, nos acogemos a tus súplicas:
Santa
Madre de Dios, ruega por nosotros a tu Hijo para que conceda
la paz a los países en guerra, la fortaleza a los cristianos
perseguidos, trabajo a los que de él carecen, y a todos generosidad
en la mutua ayuda.
Santa
Madre de Dios fortalécenos en nuestras debilidades,
protégenos en los peligros y guía nuestros pasos hacia el encuentro
con tu Hijo Jesús.
Deseamos
empezar el año 2016 del mejor modo posible: Alabando y ensalzando a
María, la Madre de Dios y en Ella a su Hijo, nuestro Salvador.
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