15
DE AGOSTO
Tradición
“Isabel
Tintero, mujer de Diego Charco,
de ejercicio cochero, viendo a principios
del año 1787 que unos muchachos llevaran arrastrando como por
juguete un lienzo de Ntra. Sra. de la Soledad, lo arrebató de las
manos de aquellos, lo hizo retocar y lo colocó en marzo del propio
año en el portal de su misma casa,
y esmerándose en su culto, le ha promovido con tanto fervor que ha
conseguido extender su particular devoción; (...)de
modo que se hallan alumbrándola varios faroles y lámpara a expensas
de personas de primera clase, además de las muchas velas que la
devoción de los fieles la presentan, reconocidos
a los singulares beneficios que dicen haber conseguido ellos por
intercesión de esta su Poderosa Madre,
y
en señal de este reconocimiento se ven las paredes de la actual
Capillita llenas de presentallas. (…)”(1).
Por
esta historia conocemos el
descubrimiento del icono: Al
parecer, la
pintura que representa a la Virgen de la Soledad estaba
abandonada
en un corral junto a un montón de leña, unos niños la
vieron y comenzaron a jugar con ella.
Isabel Tintero, tía de uno de los niños, al ver la pintura, se la
compró a los niños a cambio de
unas monedas. Prendada de la imagen, la limpió, enmarcó y colocó a
la entrada de su casa, en la Calle de la Paloma, del
barrio de la Latina.
Comienzo y desarrollo de la devoción
No
pasó mucho tiempo hasta que el vecindario empezó a atribuir favores
y gracias a la imagen y la
devoción creció
a pasos agigantados entre las
gentes de Madrid, de
tal modo que Isabel Tintero optó por habilitar un cuarto de su casa,
a modo de capilla, pero ésta fue totalmente insuficiente.
La
devoción llegó hasta el mismo palacio real y la reina María Luisa
de
Parma,
esposa de Carlos IV, encomendó a Ntra. Sra de la Soledad la salud de
su hijo, el
futuro Fernando VII,
que estaba gravemente enfermo. El
niño
sanó y la reina acudió a dar las gracias a la Virgen,
donarle el traje
más rico del infante como exvoto y
mandar que, a partir de ese momento, la iluminación del
cuadro
corriese por cuenta de palacio.
El
gesto de la reina fue conocido por todo Madrid y la imagen
situada en la Calle de la Paloma se hizo muy popular, lo
que originó el cambio de nombre que pasó de Virgen de la Soledad a
Virgen de la Paloma.
Isabel
Tintero sumó limosnas suficientes para la construcción de una
capilla
en
un erial de la misma calle;
dirigió
las obras Francisco Sánchez, discípulo de Ventura Rofríguez y
concluyeron
en
1795.
Esta
capilla
fue
apoyada
económicamente por la Casa Real y fue
dedicada a Nuestra Señora
de la Soledad, aunque ya popularmente
era
conocida
como Virgen
de la Paloma, por
estar situada en dicha calle.
La
Virgen de la Paloma, toda una institución en Madrid, es considerada
la Patrona popular de la capital, mientras que la Patrona oficial
es la Virgen de la Almudena.
El
crecimiento del culto hizo
que la capilla se convirtiera
en parroquia. En
efecto,
en
1891,
la parroquia de
San Pedro el Real (2),
ubicada
en la Calle del Nuncio perdió
su categoría de parroquia en favor de la capilla de la Virgen de la
Paloma; pero, dada
la
pequeñez de
ésta,
en 1896 se comenzó
la construcción de una nueva iglesia, según el proyecto del
arquitecto Lorenzo Álvarez Capra, la cual fue
inaugurada el
23 de marzo de
1912, con
la asistencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
Sobre el altar mayor fue
colocado el cuadro de Nuestra Señora de la Soledad.
En
1978, bajo la dirección del arquitecto Antonio Ávalos, el templo es
reconstruido y adaptado a las nuevas normas pastorales
según
las directrices del Concilio Vaticano II.
Vicisitudes
del cuadro
Ya
queda dicho cómo fue encontrado. Durante la invasión francesa de
1808, Isabel escondió el cuadro y las joyas regaladas a la Virgen
para que no fuesen botín de las tropas.
Durante
la Segunda República, de nuevo fue escondido ante el temor de que la
parroquia corriese la misma suerte que otras iglesiasy
edificios religiosos
(3),
dejando
en
el retablo
una
copia
del cuadro
para despistar.
Al
estallar la Guerra Civil de 1936, una vez más el cuadro fue
escondido: El presidente de la Junta Parroquial, Pedro Labiana, lo
llevó a su domicilio de la calle Altamirano y lo ocultó en el
cabecero de una cama; pero, en noviembre de 1936, la calle bue
bombardeada y el cuadro fue escondido
en el sótano de una farmacia de la Glorieta de San Bernardo, donde
permaneció hasta el final de la contienda, regresando a su parroquia
el 15 de agosto de 1939.
La
copia, que durante
años sustituyó a la auténtica, fue escondida por un zapatero,
desconocedor
del cambio y la mantuvo
oculta durante toda la Guerra Civil.
Procesión
de la Virgen de la Paloma
Se
celebra el 15 de agosto, Fiesta
de la Virgen de la Paloma. Comienzan
las Misas a primeras horas de la mañana, la iglesia se abarrota de
fieles, devotos y peregrinos deseosos de venerar a la Virgen de la
Paloma.
Una
vez terminada la Misa solemne, sobre
las 13 horas, un
escuadrón del Cuerpo de Bomberos (4)
procede a la bajada del cuadro de la Virgen desde su retablo y queda
expuesto a la veneración de los fieles hasta las ocho de la tarde,
hora en la que comienza el recorrido procesional por las
calles del barrio de La Latina,
terminando en la Calle de la Paloma y, regresado
a su templo, los bomberos lo
colocan de nuevo en el retablo, mientras se entona el canto de la
Salve.
Durante
todo el recorrido de la procesión los numerosísimos devotos la
rezan, vitorean y lanzan flores a su paso.
Verbena
de la Paloma
Terminada
la procesión, termina
también la parte religiosa de las Fiestas
de la Virgen de la Paloma
y empieza
la parte
de diversión popular con la famosa
Verbena de la Paloma, la más castiza de las verbenas madrileñas, no
sólo en el Barrio
de la Latina
sino en toda la capital.
La
popularidad se hizo patente y acrecentó con una de las zarzuelas más
famosas: La
Verbena de las Paloma,
con música de Tomás Bretón y libreto de Ricardo de la Vega. Los
personajes der Don Hilarión, la Casta y la Susana, serenos, chulapos
y chulapas, vecinos y vecinas pueden considerarse estereotipos de los
habitantes de las corralas del Barrio de La
Latina.
Al
principio, las fiestas tenían carácter vecinal, los vecinos
celebraban sus propias verbenas en los patios de las corralas, donde
bailaban el chotis o el pasodoble. En los últimos años del
franquismo se pasó a celebrar en el Parque de las Vistillas.
Con
la llegada de la democracia a España, el alcalde de Madrid, Enrique
Tierno Galván unificó
las tres fiestas más castizas y populares: Las Fiestas de San
Cayetano (alrededor del 7 de agosto), las Fiestas de San Lorenzo
(alrededor del día 10) y las Fiestas de La Paloma (alrededor del día
15), originando las actuales “Fiestas de San Cayetano, San Lorenzo
y Virgen de la Paloma”, que
se anuncian conjuntamente en un pregón oficial desde la Plaza de
Cascorro.
Se
celebran concursos de mantones de Manila, decoración de balcones,
baile del chotis y se degustan los productos típicos de Madrid, con
una masiva asistencia de madrileños y turistas deseosos de
diversión.
(1)
Informe
escrito en 1791 por el marqués de Casa García Postigo, Alcalde de
Madrid.
(2)
Como curiosidad podemos resaltar que oficialmente
hay dos templos con la denominación de San Pedro el Real y que
popularmente
reciben los nombres de Virgen de la Paloma y San Pedro el Viejo.
(3)
Entre
los días 11 y 12 de mayo de 1931 se quemaron intencionadamente en
Madrid los siguientes edificios religiosos:
-
Casa profesa ubicada en la calle Isabel la Católica de los jesuitas.
-
Colegio de la Inmaculada y San Pedro Claver y el ICAI. de la calle de Areneros de la Compañía de Jesús.
- Iglesia de los Carmelitas de la Plaza de España.
-
Colegio de Sagrado Corazón de Chamartín.
-
Colegio de Nrra. Sra. de las Maravillas de Cuatro Caminos.
-
Convento de las Mercedarias Calzadas de San Fernando. En este edificio, antes de comenzar el incendio, fueron desenterrados y profanados distintos cadáveres de religiosas y sacados a paseo, finalmente fueron lanzados a las llamas.
-
Convento de las Bernardas de Vallecas.
(4)
La Virgen de la Paloma es la Patrona del Cuerpo de Bomberos de
Madrid.
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