4
DE NOVIEMBRE
Es
de estilo greco-bizantino, pintado probablemente en Constantinopla en
el siglo XIII.
El
pueblo ruso considera a Ntra. Sra. de Kazán su reliquia más
sagrada, su Madre y Protectora.
Aunque hay diversas versiones sobre el origen del icono, es total la coincidencia en la rapidez con que se difundió la devoción en el país y su conexión con el destino de Rusia. Es la Patrona de millones de hogares rusos y el símbolo de la Victoria y la Libertad.
Según
el ejército ruso, el icono ayudó a repeler la invasión polaca de
1612, la sueca de 1709 y la de Napoleón en 1812.Aunque hay diversas versiones sobre el origen del icono, es total la coincidencia en la rapidez con que se difundió la devoción en el país y su conexión con el destino de Rusia. Es la Patrona de millones de hogares rusos y el símbolo de la Victoria y la Libertad.
Existen
varias copias del icono que son veneradas en las Iglesias Ortodoxa y
Católica.
LAS DOS CATEDRALES
La
catedral de Kazán en la ciudad de San Petersburgo: Es
una obra maestra de la arquitectura rusa del XIX. Fue construida en
el lugar de la antigua iglesia de piedra para guardar el icono
de Nuestra Señora de Kazán. Los contemporáneos la percibieron como
un memorial a las victorias rusas sobre Napoleón. Fue confiscada a
la Iglesia Ortodoxa Rusa tras la Revolución Bolchevique de 1917 y
en 1932 fue convertida en “Museo de la Historia de las Religiones
y del Ateísmo”.
El
4 de noviembre de 1990, fiesta de Nuestra Señora de Kazán, se
celebró la liturgia ortodoxa en el templo, después de 73 años de
haber sido confiscado.
La
catedral de Kazán en la ciudad de Moscú:
Tras
la victoria contra los polacos en 1612, se ordenó la construcción
de un santuario dedicado a Ntra. Sra.de Kazán. Este santuario fue
destruido por un incendio y el Zar ordenó construirlo de ladrillo,
fue consagrado en 1636. Está situado junto al Museo Nacional en la
Plaza Roja.
En
1936 José Stalin ordenó que se limpiase de iglesias la Plaza Roja y
se adecuase para los desfiles militares; la catedral fue demolida.
Fue
restaurada en los años 1990-1993, según las fotografías tomadas
antes de 1936. Resultan muy atractivos los colores de la fachada, los
arcos, las cúpulas y el campanario. En el interior destaca la
impresionante acústica, en un ambiente pequeño, íntimo y
espiritual.
Historia
En
1552, el ejército del Zar Iván el Terrible asaltó la ciudad de
Kazán, capital del Reino Tártaro y, en acción der gracias, mandó
construir una basílica en honor de la Madre de Dios.
En
1579, un incendio asoló gran parte de la ciudad y, en medio de la
desgracia, la Virgen se apareció a una niña de nueve años y le
ordenó recuperar un icono sagrado oculto entre las cenizas. Así lo
hizo la niña y lo encontró el día 8 de julio de 1579, en el lugar
donde había sido enterrado por miedo a la persecución de los
tártaros del siglo XIII.
Un
icono viajero
Al
principio, el icono fue colocado en la basílica de Kazán donde fue
objeto de gran devoción por parte del pueblo, que le atribuía
muchos milagros y favores.
En
1612 el icono original fue llevado a Moscú, dejando una copia en
Kazán.
En
1790, el Zar Pedro el Grande, vencedor en la batalla de Poltava
contra Carlos XII de Suecia, la invocó como “protectora y
estandarte” y el icono fue entronizado en la Catedral de Moscú.
Posteriormente
en la ciudad de San Petersburgo se construyó un santuario a Nuestra
Señora de Kazán y se traslado allí el icono.
Durante
la revuelta comunista de 1917 el icono fue enviado a Moscú por el
gobierno bolchevique, pero desapareció y no se supo más de él
hasta que apareció en una subasta en Polonia pasada la Primera
Guerra Mundial.
Lo compró un inglés que, atosigado por los
impuestos, lo sacó de nuevo a subasta siendo comprado, en 1970, por
el Ejército Azul de Nuestra Señora, organización católica
estadounidense, que lo llevó a Fátima (Portugal) y lo expuso a la
veneración de los fieles en la capilla bizantina del hotel Domus
pacis, justo detrás del santuario de la Virgen de Fátima, allí
permaneció hasta 1993, año en que fue entregado al Papa Juan Pablo
II, quien lo depositó en los apartamentos papales.
El 25 de agosto del año 2004 Juan Pablo II entregó el icono a una delegación vaticana para que lo entregase, en Moscú, al Patriarca ortodoxo ruso Alexis II como signo de unidad entre el Oriente Ortodoxo y el Occidente Católico.
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