TRISTE ES LA SOLEDAD, ALEGRE LA COMPAÑÍA; LA TUYA SERÁ PERFECTA SI TE ACOMPAÑA MARÍA.

domingo, 12 de mayo de 2013

58.- NTRA. SRA. DE FÁTIMA (13 de mayo)


Es una advocación de la Virgen María venerada en la localidad de Fátima (Portugal) que nació tras las apariciones de la Virgen María a tres pastorcillos de la localidad.
Los videntes
Los tres nacieron y vivían en el caserío de Aljustrel, perteneciente a la población de Fátima.
Lucía dos Santos de diez años; nacida el 22 de marzo de 1907, falleció, a los 97 años en el convento de carmelitas de Coimbra, el 13 de febrero de 2005.
Francisco Marto, de nueve años, nacido el 11 de junio de 1908, falleció el 4 de abril de 1919.
Jacinta Marto, hermana de Francisco, de siete años, nacida el 11 de marzo de 1910, falleció el 20 de febrero de 1920.


Las apariciones
Los niños aseguraron que veían a una señora, vestida de blanco, encima de una encina y que les pidió que volvieren al mismo lugar el día 13 de cada mes, durante seis meses. Las apariciones se sucedieron a lo largo de seis meses, empezando el 13 de mayo de 1917 y terminando el 13 de octubre, todas el día 13 de cada mes, excepto la de agosto que fue el día 19.
Según el testimonio de los niños la Señora les recomendó el rezo del Rosario para la conversión de los pecadores y les pidió que se hiciese allí una capilla. Esta capilla fue el origen del actual Santuario de Ntra. Sra. del Rosario de Fátima.
En el tiempo en que sucedieron las apariciones, la Virgen realizó varias profecías y recomendaciones y entregó tres mensajes a Lucía, la mayor del grupo.

Los tres secretos de Fátima
En 1941, Lucía reveló dos de ellos: 
Primero: "Ustedes han visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarles, Dios desea establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”.
Segundo: "La Primera Guerra mundial terminara pronto. Sin embargo, si la humanidad no deja de ofender a Dios, otra guerra peor surgirá en el Reinado del Papa Pío XI. Cuando ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que éste es el gran signo que Dios les da, porque  Él va a castigar al mundo por sus crímenes a través de las guerras, el hambre, la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados.
Si mi petición es acatada, Rusia se convertirá, y habrá paz. Si no, Rusia transmitirá sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y la persecución de la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; en el final mi Inmaculado Corazón triunfará. El santo Padre consagrara Rusia a mi la cual se convertirá, y algún tiempo de paz se le dará al mundo."
Tercero (1) “Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto, al lado izquierdo de Nuestra Señora, un poco más en lo alto, a un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando, emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha, dijo con voz fuerte: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos , en una inmensa luz, qué es Dios: ´Algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él´ a un obispo vestido de blanco ´hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre´.
También a otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran cruz, de maderos toscos, como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso, con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de armas de fuego y flechas: y del mismo modo murieron, uno tras otro, los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la cruz había dos ángeles con una jarra de cristal en la mano, en las que recogían la sangre de los mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.

Comentario Teológico del Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. (2)
Está dividido en tres partes:
Revelación pública y revelaciones privadas (3), su lugar teológico.
Estructura antropológica de las revelaciones privadas.
Intento de interpretación del secreto de Fátima.
Primera parte: El término “revelación pública” designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Se llama “revelación” porque en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente a los hombres, para atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo, encarnado, Jesucristo.
En Cristo Dios ha dicho todo, es decir, se ha manifestado a sí mismo y, por lo tanto, la revelación ha concluido con la realización del misterio de Cristo que ha encontrado su expresión en el Nuevo Testamento.
Segunda parte: La “revelación privada”, en cambio, se refiera a todas las visiones y revelaciones que tienen lugar una vez terminado el Nuevo Testamento: es ésta la categoría dentro de la cual  debemos colocar el mensaje de Fátima.
La autoridad de las revelaciones privadas es esencialmente diversa de  la única revelación pública. Ésta exige nuestra fe, la revelación privada, en cambio, “es una ayuda para la fe y se manifiesta como creíble precisamente porque remita a la única revelación pública”. Citando al teólogo flamenco E. Dhanis, el Prefecto para la Fe afirma que “la aprobación eclesiástica de una revelación privada contiene tres elementos: el mensaje en cuestión no contiene nada que vaya contra la fe y las buenas costumbres; es lícito hacerlo público, y los fieles están autorizados a darle su adhesión en forma prudente”. “Un mensaje así puede ser una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el momento presente, por esto no se debe descartar. Es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma”.
Tercera parte: Intento de interpretación del secreto de Fátima.
La palabra clave de esta parte del secreto es el triple grito. ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!
Viene a la mente el comienzo del Evangelio: “paenitemini et credite evangelio”  (Mc 1, 15) (haced penitencia y creed al Evangelio).
Comprender los signos de los tiempos significa comprender la urgencia de la penitencia, de la conversión y de la fe. Esta es la respuesta adecuada al momento histórico, que se caracteriza por grandes peligros y que serán descritos  en las imágenes sucesivas. Me permito insertar aquí un recuerdo personal: en una conversación conmigo, Sor Lucía me dijo que le resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad.. Todo el resto era sólo para conducir a esto.

Las “imágenes” del secreto
El ángel con la espada de fuego a la derecha de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas del libro del Apocalipsis. Representa la amenaza del juicio que incumbe sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo podría ser reducido a cenizas en un mar de llamas, hoy no es considerada, en absoluto, pura fantasía: el hombre mismo ha preparado  con sus inventos la espada de fuego.
La visión muestra después la fuerza que ase opone al poder de destrucción: el esplendor de la Madre de Dios y, proveniente siempre de Él, la llamada a la penitencia. De este modo se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está determinado de un modo inmutable y la imagen que vieron los niños no es una película anticipada del futuro, de la que nada podría cambiarse. En realidad, toda la visión tiene lugar sólo para llamar la atención sobre la libertad y para dirigirla en una dirección positiva: movilizar las fuerzas del cambio hacia el bien.
El lugar de la acción aparece descrito con tres símbolos: una montaña escarpada, una gran ciudad medio en ruinas y una gran cruz de troncos rústicos.
Montaña y ciudad simbolizan el lugar de la historia humana, costosa subida hacia lo alto, lugar de la creatividad, de la convivencia y de las destrucciones, en las que el hombre destruye la obra de su propio tr4abajo. Sobre la montaña está la cruz, meta y punto de orientación de la historia. En la cruz la destrucción se transforma en salvación; se levanta como signo de la miseria de la historia y como promesa para la misma.
Las personas: el Obispo vestido de blanco, otros Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y hombres y mujeres de todas las clases y estratos sociales.
El Papa parece que precede a los otros, temblando y sufriendo por los horrores que los rodean: las casas están en ruinas  y su camino pasa en medio de cuerpo sin vida. El camino de la Iglesia se describe como un vía crucis, como camino en un tiempo de violencia, de destrucciones y de persecuciones. Está representada la historia de todo un siglo, el siglo pasado, al que podemos reconocer como siglo de los mártires, de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, siglo de las guerras mundiales y de otras muchas locales que han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el espejo de esta visión vemos pasar a los testigos de las fe de decenios.
La figura del Papa tiene un papel especial. En su fatigosa subida a la montaña encontramos juntos a varios Papas, desde Pío X hasta el actual, que han compartido los sufrimientos de este siglo y se han esforzado por avanzar en el camino que lleva a la cruz.
En la visión, el Papa es matado en el camino de los mártires. Después del atentado del 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II, al leer el texto de la tercera parte del secreto, ¿reconoció su propio destino? Estuvo muy cerca de la muerte, él mismo explicó el haberse salvado con estas palabras: “fue una mano materna la que guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte” (13 de mayo de 1994).
Una vez más se muestra que no existe un destino inmutable, que la fe y la oración son poderosas, pueden influir en la historia y que, al final, la oración es más fuerte que las balas, la fe más potente que las divisiones.
Los ángeles recogen, bajo los brazos de la cruz, la sangre de los mártires y riegan con ella las almas que se acercan a Dios. La sangre de Cristo y la de los mártires están aquí consideradas juntas: la sangre de los mártires fluye de los brazos de la cruz. Su martirio y la pasión de Cristo se convierten en una sola cosa.
Esta parte del secreto, tan angustiosa al principio, concluye con una imagen  de esperanza: ningún sufrimiento es vano y la Iglesia de los mártires es una señal orientadora en la búsqueda de Dios por parte del hombre; del sufrimiento de los testigos deriva una fuerza de purificación y de renovación porque actualiza el sufrimiento de Cristo y transmite en el presente su eficacia salvadora.
El secreto de Fátima, en su conjunto, es una exhortación a la oración como camino para la salvación de las almas y, en el mismo sentido, una llamada a la penitencia y la conversión.
El maligno tiene poder en este mundo porque el mal uso de nuestra libertad nos aleja de Dios, pero la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra desde que Dios mismo tiene corazón humano y de ese modo ha dirigido la libertad del hombre hacia el bien.
Cobran todo su sentido las palabras de Jesús: “padeceréis tribulaciones en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).
El mensaje de Fátima nos incita a confiar en esta promesa.


(1) Fue transcrito por Sor Lucía dos Santos el 3 de enero de 1944 y hecho público por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Angelo Sodano, el 13 de mayo del 2000.
(2) En lugar de un comentario propio al mensaje de Fátima he preferido “tomar” el que hizo, en su día, el entonces Cardenal Ratzinger.
(3) Esta es la  web con las normas  de la Iglesia sobre las revelaciones  privadas: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19780225_norme-apparizioni_sp.html
La 

No hay comentarios:

Publicar un comentario