TRISTE ES LA SOLEDAD, ALEGRE LA COMPAÑÍA; LA TUYA SERÁ PERFECTA SI TE ACOMPAÑA MARÍA.

miércoles, 20 de enero de 2016

75.- NUESTRA SEÑORA DE ALTAGRACIA

DIA 21 DE ENERO

La isla “La Española”
La isla La Española, hoy República Dominicana, ostenta la primacía entre las tierras del Nuevo Mundo donde se plantó la primera cruz, se celebró la primera misa, se rezo la primera Avemaría y desde donde se irradió la fe cristiana a las demás islas y a la tierra firme del continente americano.


El cuadro de Nuestra Señora de Altagracia
Fue pintado en Sevilla, entre los años 1500 y 1515 y llevado a la isla por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, originales de Plasencia, Extremadura (España) quienes, al establecerse en la ciudad de Higüey, ofrecieron el cuadro a la parroquia.
El cuadro es una magnífica expresión de la Maternidad Divina de María, cuyo dogma le otorga el título de “Altagracia” por ser la más alta gracia que Dios ha otorgado a un ser humano: Ser Madre de Dios.
El cuadro presenta el momento del nacimiento de Jesús. Explicación plástica de la “Virginidad de María: Como un rayo de luz traspasa un cristal sin romperlo ni mancharlo, así el Mesías traspasa a la Altagracia quien, arrodillada, contempla con ternura de madre al Hijo de Dios nacido de sus entrañas.
El conjunto del cuadro invita a la contemplación y adoración del Niño, en arrobamiento singular, junto a María quien, con amor de madre, vela a su Hijo, el Hijo de Dios hecho Niño.
El cuadro tiene 33 centímetros de ancho por 45 de alto. Ha sido restaurado en España en 1978 y se puede apreciar toda su belleza y colorido originales. Es una pintura bellísima que escenifica el nacimiento de Jesús.
María, hermosa y serena, ocupa el centro del cuadro y con expresión de infinita ternura, alegría y paz contempla al Niño casi desnudo que descansa sobre unas pajas. Va cubierta con un manto azul salpicado de estrellas y un escapulario blanco cierra por delante su vestido.
María es, a primera vista, la figura central del cuadro; pero, la posición de su cabeza invita a prestar más atención al que está en primer plano, es decir al Niño Jesús.
María con ese gesto se convierte en evangelizadora y proclamadora de la Buena Noticia y cumple su misión de llevar a todos los hombres y mujeres al encuentro con su Hijo. Con su gesto la Virgen de Altagracia presenta a su Hijo y nos dice a todos: “Os ha nacido el Salvador”.
María cumple su misión de Madre de la Iglesia, ser el puente para ir a Jesús.
En el cuadro, San José contempla la escena, un poco más atrás mientras, al otro lado, brilla la estrella de Belén.

La fiesta
El arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo, en 1692, designaba el 21 de enero como fecha buena y válida. Mas tarde, el arzobispo de Santo Domingo, Artyuro de Meriño pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y de Misa Propia para el día 21 de enero, como festividad de la Virgen de Altagracia.
En la República Dominicana, en 1924 el Congreso aprobó por ley que el 21 de enero fuese día festivo, no laborable. En este día los devotos de de la la Virgen de Altagracia peregrinan desde todo el territotio nacional a la basílica de Higüey a rendir a la Señora su tributo de amor y agradecimiento.

Coronación de Nuestra Señora de Altagracia
 Ha sido coronada dos veces: El 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío XI y el 25 de enero de 1979 por el papa San Juan Pablo II quien la coronó con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo.

Devoción a Nuestra Señora de Altagracia
Se inició en Higüey, se extendió por todo el territorio nacional y se ha convertido en identidad del pueblo dominicano y su principal peregrinación.
Es insólito encontrar una iglesia, a lo largo y ancho del país, que no ostente su imagen. No existe una parroquia que no tenga una capilla dedicada a Nuestra Señora de Altagracia y casi no existe un pueblo que no tenga una calle con este nombre. El pueblo dominicano venera (1), muy entrañablemente, a la Madre de Dios representada en la advocación de Nuestra Señora de Altagracia.
El nombre “Altagracia” en las mujeres dominicanas alcanza un alto porcentaje.
El amor a la madre es una cualidad muy viva y arraigada en todos los pueblos latinoamericanos y la Virgen de Altagracia refleja, de forma sublime, ese amor de la madre llena de comprensión, cercana a sus hijos a los que acompaña en su caminar, protege en sus dificultades, consuela en sus tristezas y guía hacia el encuentro con su Hijo Jesús.

(1) Hay que distinguir siempre entre “adorar” y “venerar”
    Remito al Nº 1 de este blog : María o Cristo



No hay comentarios:

Publicar un comentario