La
Santina
El
Santuario de Covadonga
Es
un conjunto formado por la Cueva y la imagen de la Virgen, diversos
edificios religiosos y civiles de carácter turístico.
La
cueva
Es
una oquedad natural en el monte Auseva. Se accede a la misma por una
escalera de 101 peldaños y un túnel, en parte natural y en parte
artificial.
El
nombre de Covadonga
Hay dos versiones sobre el origen de la palabra “covadonga”:
Hay dos versiones sobre el origen de la palabra “covadonga”:
1ª.- Significa “fuente
de la cueva” y procede de “cova de onnica” ( cova +
onna); onna en céltico significa “río”.
2ª.- Significa “cueva
de la señora”, del latín “cova dominica”, de
donde se derivó covadonga. Es la versión más tradicional.
Don
Pelayo
Musa
Ibn Nusair era el gobernador musulmán omeya del Norte de África y
estaba en connivencia con el conde Don Julián que era gobernador de
Ceuta y vasallo de Don Rodrigo. Tras la muerte de Witiza, anterior
rey visigodo, comenzó una guerra de sucesión entre Don Rodrigo y
los hijos de Witiza, los cuales llamaron en su auxilio al gobernador
omeya, al parecer por intermediación del conde Don Julián.
Las
fuerzas musulmanas entraron en la península por el estrecho de
Gibraltar en la noche del 27 al 28 de abril del año 711.
Entre
el 19 y el 26 de julio del 711 se enfrentaron, cerca del río
Guadalete, el ejército omeya comandado por Tariq ibn Zuiyad y el
visigodo comandado por Don Rodrigo, quien fue derrotado y,
probablemente, perdió la vida en la batalla.
Con
esta victoria se inició la conquista musulmana de la Península
Ibérica y la desaparición del reino visigodo.
¿Quién
era Don Pelayo?
Las
crónicas cristianas presentan a Pelayo como hijo del duque Favila
que murió a manos de los partidarios de Witiza en tiempos del rey
godo Égica. Cuando Witiza fue coronado rey, Pelayo se refugió en
Asturias donde estaba el “ducado” de su padre.
A
la muerte del rey Witiza se desataron las intrigas por el poder entre
sus hijos y Don Rodrigo, del que Pelayo era partidario y lo había
nombrado miembro de la guardia real por lo que lucharon juntos en la
batalle de Guadalete.
Tras
las derrota, Pelayo escapó hacia Toledo, la capital del reino
visigodo, que también fue conquistada por los musulmanes en el 712 y
Pelayo se trasladó al norte donde astures y cántabros vivían en
clanes dispersos por las montañas. Como caudillo local perteneciente
a la baja nobleza, alcanzó notoriedad liderando la oposición contra
los musulmanes.
Falleció
el año 737 en Cangas de Onís, donde tenía su corte.
Batalla
de Covadonga
En
el año 722 los musulmanes estaban preparados para terminar con el
último foco de resistencia de la península en las montañas de
Asturias.
Los
jefes astures, encabezados por Pelayo, se reunieron en Cangas de Onís
y decidieron no pagar los impuestos que les exigían los musulmanes.
El gobernador musulmán pidió refuerzos al Califa de Córdoba, el
cual envió una expedición sarracena bajo el mando de Al Qama, cuya
cuantía es muy variable según las crónicas.
La
versión más verosímil, a juicio de algunos historiadores, es que,
al verse perseguidos, Pelayo y unos 300 hombres cristianos, llevando
con ellos una imagen de la Virgen se refugiaron en la cueva del monte
Auseva y alrededores, en espera de los musulmanes. Cerrado el fondo
por el monte Auseva, es un lugar estratégico de los Picos de Europa
donde el atacante carece de espacio para maniobrar y pierde su
ventaja numérica y organizativa.
Se
produjo el enfrentamiento, batalla o escaramuza, y las tropas
sarracenas encontraron la muerte a los pies de Covadonga, por
intercesión de la Virgen entronizada en la cueva.. La victoria fue
el detonante para la fundación del Reino de Asturias, Pelayo fue
elegido rey por aclamación y estableció su capital en Cangas de
Onís.
Esta
victoria marcó el comienzo de la Reconquista cristiana frente al
poder musulmán.
La
Cueva Santa
Las
crónicas cristianas abundan en que la intervención de la Virgen
María fue decisiva para obtener la victoria. La cueva pasó a ser
la “Cueva
Santa” en la que se empezó a venerar la imagen
dejada por Pelayo que tomó el nombre de “María
Santísima de la Batallas”.
Alfonso
I, el Católico (739-757), mandó construir una capilla de madera de
tejo y un monasterio que entregó a los monjes benedictinos; en la
capilla se veneró a la Santísima Virgen hasta el 1743.
En
1777, un incendio destruyó la capilla y la imagen de la Virgen,
aunque, al parecer, no era la imagen original de Pelayo cuyo destino
final se desconoce. El 17 de julio de 1778, el Cabildo de la catedral
de Oviedo regaló una imagen de la Virgen que fue colocada en una
nueva capilla situada al lado de la Santa Cueva.
Basílica
de Santa María la Real
El
obispo Benito Sanz Forés (1868-1881) encargó al alemán Roberto
Frassinelli Burnitz los planos para la construcción de una basílica.
Las obras de desmonte de 27.000 metros cúbicos comenzaron el 22 de
julio de 1877 con la asistencia del rey Alfonso XII; pero, al ser
trasladado el obispo a Valladolid, fueron interrumpidas. Retomadas
por el obispo Ramón Martínez Vigil, fueron continuadas por el
arquitecto Federico Aparici Soriano en 1887 y concluidas el 7 de
septiembre de 1901.
El
templo fue elevado por el Papa León XIII a la categoría de
Basílica.
La
imagen
La
imagen de la Virgen de Covadonga es llamada cariñosamente La
Santina.
La
talla actual, que data del siglo XVI, fue donada al Santuario por el
Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778. Está tallada en madera de
roble; sus medidas son: 71,4 cm de altura, 46 de anchura y 21 de
profundidad.
Durante
la Guerra Civil de 1936 fue robada y apareció en 1939 en la embajada
española de París.
Devoción
La
devoción a la Santina está fuertemente arraigada en el pueblo
asturiano, especialmente en los emigrantes que, al retornar, sienten
como un deber acudir a Covadonga.. El día de la Virgen se celebra
una misa solemne en la Basílica y una procesión con la Virgen hasta
la Cueva.
Desde
el año 1972, se venera otra imagen de la Santina, a 11 km de la
gruta, en una pequeña cueva bajo el agua, a 8 metros de profundidad,
en el Lago Enol, situado en el Parque Nacional de Covadonga. El día
de La Santina los buceadores asturianos hacen su propia peregrinación
para rendir su homenaje a la “Santina sub”.
Siendo
Patriarca de Venecia, el Cardenal Roncalli, futuro Papa Juan XXIII,
visitó Covadonga; se llevó una réplica de la imagen que colocó en
su dormitorio del Vaticano y a la que elevaba sus oraciones
matinales.
El
Papa Juan Pablo II visitó el santuario los días 21 y 22 de agosto
de 1989, celebrando la Santa Misa en la Cueva Santa.
Desde
1388, en tiempos del rey Enrique III (1379-1406) el heredero de la
Corona de España ostenta el título de Príncipe de Asturias.
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