Antecedentes
En
1511, el conquistador Alonso
de Ojeda naufragó al sur de la isla de Cuba; llegó a tierra con 70
hombres y decidió recorrer esa parte de la isla; pasaron infinidad
de dificultades, tantas que murieron la mitad de los hombres por el
hambre y las enfermedades.
Ojeda,
desde su primer viaje a América en 1493, llevaba consigo una imagen
de la Virgen María a la que había prometido que le dedicaría un
templo en el primer poblado indígena que los recibiera.
Llegaron
a Ceuybá y el cacique Cacicaná los recibió amablemente y cuidó a
Ojeda y a sus hombres. Ojeda se recuperó y cumplió su promesa,
levantó una pequeña ermita, en la que los habitantes del poblado
veneraron a la Santísimas Virgen María y les enseñó el “Ave
María”. De esta forma la Virgen María llegó a Cuba, sin que se
pueda decir que la imagen de Ojeda sea la misma que más tarde se
conocerá bajo el nombre de la Caridad del Cobre.
Llegada
de la Virgen a Cuba
Existen
dos versiones sobre la llegada de la Virgen de la Caridad a la isla
de Cuba. No se oponen entre sí, mas bien parece que se suceden en
el tiempo como producto del sincretismo religioso propio del lugar.
Primera versión
Los
hechos suceden en 1612, aunque
uno de los protagonistas los cuenta, bajo juramento, 75 años
después.
Juan
Moreno tenía 85 años y dice que, cuando tenía 10 años, iba con
los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos en una canoa en busca de sal;
que cuando salían de Cayo Francés vieron algo que flotaba en el mar
y que, al acercarse, vieron asombrados que se trataba de una imagen
de la Virgen María sobre una tabla en la que se leía: “Yo
soy la Virgen de la Caridad”.
Juan
Moreno era un muchacho negro y los hermanos Juan y Rodrigo eran
indios, los tres eran esclavos que trabajaban en las minas de cobre
de la región.
Llevaron
la imagen al capitán Francisco Sánchez de Moya, administrador de la
mina donde trabajaban y éste ordenó que se le acomodase una casa,
se pusiese en un altar la imagen de Ntra. Sra. de la Caridad y
siempre tuviese encendida una lámpara. Posteriormente los mineros
construyeron una ermita al borde de la mina, en el mismo lugar donde
hoy se levanta el Santuario.
Segunda
versión
En
el pueblo de Illescas, en la provincia de Toledo, España, se venera
a la Virgen de la Caridad.
El
3 de mayo de 1597, el capitán
de artillería Francisco Sánchez de Moya, natural de Illescas,
recibió un mandato del rey Felipe II para que fuese a las minas de
la Sierra del Cobre (Cuba) a defender la costa de los ataques de los
piratas ingleses.
El encargo real incluía la
construcción de una pequeña iglesia en la que se venerase a la
Virgen María, por lo que el capitán mandó tallar en Toledo una
réplica de la Virgen de la Caridad, patrona de su pueblo, y la llevó
consigo a la Sierra del Cobre.
Surge
una
pregunta
¿La imagen llevada por el capitán de Illescas es la que se aparece a los tres esclavos? No hay una respuesta clara en ninguno de los sentidos; sí está claro que el capitán Francisco Sánchez de Mota, en su cargo de administrador de las minas recibió la imagen de manos de los tres esclavos y ordenó su acomodo en una casa donde recibió la veneración de los fieles.
¿La imagen llevada por el capitán de Illescas es la que se aparece a los tres esclavos? No hay una respuesta clara en ninguno de los sentidos; sí está claro que el capitán Francisco Sánchez de Mota, en su cargo de administrador de las minas recibió la imagen de manos de los tres esclavos y ordenó su acomodo en una casa donde recibió la veneración de los fieles.
Está
ubicado en el cerro de la Cantera a 27 km de la ciudad de Santiago de
Cuba, al borde de una antigua mina de cobre, de la que ha recibido el
sobrenombre “del Cobre”. El primer Santuario se desplomó en 1906
por las explosiones y excavaciones de la mina, el actual fue
inaugurado el 8 de septiembre de 1927 y elevado a Basílica Menor por
el Papa Pablo VI el 30 de diciembre de 1977.
El
Papa Benedicto XV, el 10 de mayo de 1916 declaró a la Virgen de la
Caridad del Cobre Patrona Principal de Cuba y fijó su festividad
para el día 8 de septiembre. La imagen fue coronada el 24 de enero
de 1998 por el Papa Juan Pablo II.
Devoción
Los
cubanos llevan con orgullo la medalla de la Virgen de la Caridad del
Cobre como ostentación del patriotismo nacional. Durante la Guerra
de la Independencia contra el Imperio Español, los soldados cubanos
se encomendaban a la Virgen de la Caridad del Cobre, por lo que esta
advocación mariana está vinculada a la historia de la isla.
Ernest
Hemingway, Premio Nobel de Literatura, donó la medalla del premio al
Santuario por su unión afectiva con el pueblo cubano.
En
la actualidad acuden al Santuario unas 500 personas diarias a venerar
a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Los
cubanos exiliados también celebran la festividad de la
Virgen de la Caridad del Cobre. Han construido en Miami una ermita
donde veneran a su Virgen de la Caridad. Esta imagen llegó a Miami
el 8 de septiembre de 1961, procedente de una parroquia de La Habana.
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