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sábado, 17 de diciembre de 2016

111- NTRA. SRA. DE LA PAZ

 24 DE ENERO
Origen de esta advocación
Ildefonso era muy devoto de la Santísima Virgen María (con el tiempo fue declarado santo). En la época de San Ildefonso no existía el proceso de canonización, pero se conservan documentos que testimonian que recibió culto desde la época mozárabe.
En la madrugada del 18 de diciembre del año 645, el arzobispo de Toledo, Ildefonso en compañía de unos colaboradores fue a la catedral a rezar maitines (1) y percibió un gran resplandor sobre el altar. Los canónigos que le acompañaban huyeron asustados, pero él se acercó y vio a la Santísima Virgen sentada en la cátedra episcopal y, tras hablarle con dulces palabras, le entregó una casulla y desapareció.
Tras morir San Ildefonso el 23 de enero del año 667, la Iglesia toledana decretó que el 24 de enero se celebrase en todo el arzobispado el descenso de la Virgen María a la catedral.

Nuestra Señora de la Paz
El nombre y la advocación de Nuestra Señora de la Paz no llegó a Toledo hasta finales del sigloXI.
El año 711 los musulmanes conquistaron la ciudad de Toledo y permaneció bajo su dominio hasta el 1085 que fue reconquistada por Alfonso VI, rey de Asturias y León. En el Tratado de Paz firmado entre el rey Alfonso y los moros se estipuló que el Templo principal de la ciudad quedaría para los moriscos (2).
Tras firmar el Tratado, el rey se ausentó de Toledo, dejando a su esposa Doña Constanza como gobernadora de la ciudad.
Los cristianos consideraron indigno que la catedral consagrada a la Virgen María sirviese para el culto a Mahoma y se quejaron ante el arzobispo y la reina, quienes apoyaron su petición, lo que fue interpretado como un consentimiento tácito. Trataron de apoderarse de la catedral por la fuerza, sin tener en cuenta ni el compromiso firmado por el rey ni la desventaja que tenían frente al número de moriscos.
Moros y cristianos llegaron a las manos, es decir a las armas; la contienda cesó cuando la reina y el arzobispo se hicieron presentes y aclararon que todo se había hecho sin conocimiento del rey.
Los moros denunciaron el atentado ante el rey y éste, muy enojado, inició rápidamente su vuelta a Toledo. Los cristianos, el arzobispo y la reina, acompañada por su hija única, salieron al encuentro del rey, rogándole su perdón puesto que el único motivo que les había guiado era tributar culto al verdadero Dios en la catedral.
El rey Alfonso insistió en que la catedral quedaría bajo el poder de los moros, según lo pactado.

La embajada mora
Los moros calcularon el peligro que podía suponer para ellos mantener como musulmana la principal iglesia de los cristianos y enviaron una embajada al rey con el compromiso de devolver la catedral a los cristianos.
Todos estuvieron de acuerdo en la paz alcanzada y el rey ordenó que al día siguiente, 24 de enero, tomasen los cristianos posesión de la catedral y se hiciese fiesta especial en honor a la Virgen María, a la que, en adelante, se veneraría con el título de Ntra. Sra. de la Paz.
Devoción
Desde Toledo se extendió rápidamente por diversas naciones de Europa y de toda Hispanoamérica.
En Argentina, la devoción a Ntra. Sra. de la Paz está vinculada al pueblo Las Lomas de Zamora que, castigado por las luchas internas de los partidos políticos, acordó, el 20 de agosto de 1860, la creación de un templo a Nuestra Señora de la Paz, como ofrenda de reconciliación de los argentinos.
En Venezuela, en la Peña de la Virgen, a pocos kilómetros de Trujillo, el 21 de diciembre de 1983 fue inaugurado el monumento más importante a Ntra. Sra. de la Paz fuera de España.
Es una de las estatuas más altas del mundo, de 46,72 metros de altura.
El Papa Benedicto XV, el 5 de mayo de 1917, en medio de la 2ª Guerra Mundial, incluyó en las Letanías Lauretanas la invocación “Reina de la Paz”.

(1) En la Edad Media, las horas canónicas eran una división del tiempo seguida especialmente en los monasterios católicos. Eran las siguientes:
Maitines: antes del amanecer.
Laudes: al amanecer
Prima: primera hora después del amanecer.
Tercia: tercera hora después de amanecer.
Sexta: mediodía, a las 12:00 después del Ángelus en tiempo ordinario o el Regina coeli en pascua. 
Nona: sobre las 15:00, Hora de la Misericordia. 
Vísperas: tras la puesta del sol, después del Ángelus en tiempo ordinario o el Regina Coeli en pascua.
Completas: antes del descanso nocturno.
(2) Moros que permanecieron en España tras la Reconquista.

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