En
las Sagradas Escrituras, el nombre expresa el papel de cada ser en el
universo. Dios culmina la creación poniendo nombre a las criaturas,
día, noche, cielo, tierra, mar (Gén 1,3-10) o encargando a Adán
que ponga nombre a cada uno de los animales (Gén 2,20).
Entre
los seres humanos el nombre dado en el nacimiento puede expresar la
actividad, las circunstancias del nacimiento o el porvenir previsto
por los padres. Así