A)
MARÍA EN EL ANGLICANISMO
PREÁMBULO: Al hablar de anglicanismo hay que tener en cuenta que por la falta de una única autoridad doctrinal y por el respeto a la libertad de interpretación de cada anglicano, existe gran dificultad para reconocer lo que tienen de común las diversas Iglesias.
En
el anglicanismo se distinguen la Iglesia Alta (High Church), la
Iglesia Media (Broad Church) y la Iglesia Baja (Law Church).
La
Iglesia Alta
Se
aproxima mucho a la doctrina y al culto católico a María. Admite
casi toda la doctrina, pero no la considera necesaria para la
salvación, excepto la maternidad divina.
El
obispo anglicano Brandreth resume así
las verdades marianas admitidas por el anglicanismo:
a).- La Teología mariana de las Padres y de los concilios anteriores al cisma (siglo XVI).
b).- María, Madre de Dios, virgen, exenta de pecado actual.
c).- María ocupa un lugar especial, señalado por Dios, en la economía de la salvación.
d).- En el anglicanismo se celebran la Concepción y la Asunción de María.
La Iglesia Media
Teme
que el dogmatismo católico trasforme el culto a María en adoración.
Por su tolerancia, deja el tema de la devoción mariana a la vida
privada de cada uno.
La Iglesia Baja
Es
de tendencia antirromana. Rechaza puntos esenciales de la doctrina
mariana católica. Para ellos, María es una mujer favorecida
particularmente por la gracia de Dios, pero con escasa importancia en
la economía de la fe.
Opiniones de algunos teólogos anglicanos modernos sobre la maternidad espiritual de María.
Mascall,
profesor de Teología Histórica en Londres, afirma que por el
bautismo los cristianos nos unimos a Cristo, formando el Cuerpo
Místico, y en Cristo nos unimos a su Madre; por eso, María es Madre
de la Iglesia y Madre nuestra.
Moormann, obispo anglicano, reconoce a María Madre de la Iglesia, en virtud de la teología del Cuerpo Místico y de las palabras de Jesús en la cruz. El sí de María, en la anunciación, tiene un gran valor para que se cumpla el plan de Dios. El título de “corredentora” le parece un poco fuerte.
John Mc Quarrie, profesor del seminario de la Unión Teológica de Nueva York, dice que el título de Madre de la Iglesia es el que mejor indica la situación de María en el Nuevo Testamento, pues da una interpretación del puesto de María en la que pueden coincidir católicos, anglicanos y protestantes.
La
base escriturística de este título, donde María aparece como tipo
de la Iglesia doliente unida a Cristo, es Jn 19, 25-27: “Estaban
junto a la cruz de Jesús su Madre y la hermana de su Madre, María
la de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su Madre y al
discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su Madre: Mujer,
ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre.
Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”.
Hoy
existe cierta piedad mariana entre los anglicanos. No es raro que
haya una capilla dedicada a María en sus iglesias. De las 89
familias religiosas, 11 están consagradas a María.
B)
MARÍA EN LA IGLESIA ORTODOXA.
PREÁMBULO:
La doctrina mariana de la iglesia ortodoxa es muy similar a la
de la Iglesia Católica en cuanto a su contenido, no así en cuanto a
la dogmatización de las verdades marianas realizada con
posterioridad a la ruptura. María ocupa, asimismo, un puesto muy
importante en su liturgia y en el culto personal y familiar como lo
atestiguan la infinidad de iconos de María diseminados por toda la
geografía ortodoxa.
Opiniones
de algunos teólogos ortodoxos:
El
teólogo Bulgakov, fallecido en 1944,
afirmó en una reunión con teólogos protestantes: “No hay Iglesia
cristiana que tenga una impronta tan mariana como la ortodoxa”.
También señaló la gran proximidad entre la veneración de los
ortodoxos a la Theotokos (La Madre de Dios) y la que profesan los
católicos.
Kniazeff,
teólogo ortodoxo de San Sergio de París, reconoce en la
mariología ortodoxa lo que llama “la omnipresencia de
María”. En la liturgia ocupa un puesto muy importante: cinco
fiestas de primer orden, himnos, mención en la celebración
eucarística diaria y en las vísperas. Se le dedica el mes de
agosto. Multitud de pueblos y comarcas celebran fiestas marianas,
muchos la tienen como patrona. La mayoría de los iconos representan
a María y es costumbre regalarlos.
Stawvrowsky,
otro teólogo de San Sergio, , señala como dogmas de la
Iglesia ortodoxa la Theotokos, la siempre virgen, y María
intermediaria del género humano ante su Hijo.
Admite
la santidad sin igual de María, su elevada dignidad por encima de
todas las criaturas, incluidos los ángeles, su participación en la
obra de la redención de Cristo, tanto en la anunciación como en el
calvario, su maternidad espiritual y su intercesión especialísima
ante su hijo a favor de todos los hombres.
Postura
ortodoxa ante los dogmas marianos recientes
Los
ortodoxos no admiten la infalibilidad personal del Papa. Para ellos,
el Magisterio infalible reside únicamente en los concilios
ecuménicos y sólo consideran como tales los celebrados antes del
cisma del año 1054. En lógica consecuencia, no admiten el dogma de
la Asunción de María (1) ni el
de la Inmaculada Concepción (2).
Los
ortodoxos rechazan el carácter dogmático, porque no ha sido
definido por un concilio ecuménico. No rechazan la verdad mariana de
la asunción, que ellos reciben de la Tradición y que, curiosamente,
pasa de su Iglesia a la de occidente.
El
catecismo de Pedro Moghila dice así: “Según la doctrina
de San Juan Crisóstomo, todos los santos resucitarán el último
día, a excepción de la Virgen Santísima que ya ha sido elevada al
cielo”.
Según
Stawvrowsky, la doctrina católica no ha innovado nada, pues esta
doctrina ya estaba en los Padres y grandes teólogos orientales. Los
orígenes de esta fiesta se remontan al siglo VI y la celebran el 9
de diciembre. Defiende la Inmaculada Concepción como una verdad de
fe, confirmada por la Tradición y por la Escritura, que llama a
María “la llena de gracia”.
Censura
como poco feliz la formulación católica del dogma porque
contiene una santificación negativa, basada
en la exención de pecado; mientras que los
Padres orientales hablan de la santificación positiva. Si,
para Occidente, María es concebida sin mancha de pecado original,
para el Oriente, María es la concebida toda santa, la mujer nueva,
la tierra virgen.
No
cabe duda de que la formulación positiva es mucho más rica en
contenido que la negativa y más conforme con “la llena de
gracia”.
(1) El 1 de noviembre de 1950, Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María a los cielos.
(2)
En 1854, Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada
Concepción de María.
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